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NUESTRA PARTICULAR OPINIÓN
SIN CORTAPISAS, SIN CENSURAS
Las opiniones difundidas son de la exclusiva responsabilidad de sus autores
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Gente, gentecilla y gentuza (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Comentarios y disquisiciones de cuatro personajes -dos profesionales en activo de la política, un experto de la dita y un “entendido” de la propaganda- han tenido en los últimos días relación directa e infame con la información referida al Sevilla Fútbol Club:- A través de las cámaras de Canal Plus, en directo, pudo apreciarse como el vicepresidente tercero del gobierno y ex presidente de la Junta de Andalucía, en el palco del Bernabéu, aguantaba estoicamente, sin ocultar un cierto “gustirrinín”, los pellizquitos de Florentino tras el gol de la victoria madridista sobre los nuestros del pasado domingo. ¡Cuánto llevan aguantado algunas criaturitas… !- Su heredero y legatario en el cargo –el mismo que cuando le fue presentado el último título nacional cosechado por el deporte andaluz, la Copa de S.M. el Rey, no se recató en exclamar “¡en la vida… !”, con cierta bravuconería no exenta de arrogancia, al responder a un periodista que le sugirió que se enfundara la camiseta sevillista con los colores de Andalucía- se ha quitado definitivamente la careta declarando en los micrófonos de la Cadena Ser su pasión por las camisetas “de a rayas”, no sólo blancas y rojas sino también –no podía ser de otra manera- blancas y verdes… Las copitas de Navidad que le hacen a uno perder los modales y, sobretodo, la memoria.- En Cinco Días, otro medio del oligopolio PRISA, ha salido a la luz lo que cuenta en un libro el que fuera director de la Agencia Tributaria entre 1998 y 2001. El ex -¿?- máximo accionista del equipo menor de la ciudad le solicitó una entrevista en la temporada 98/99 donde, más o menos, vino a decirle: "Mira director, he pedido verte porque después de pensarlo, creo que en el momento actual se dan todas las condiciones para que entre tú y yo lo consigamos. Juntos podemos... Me consta que el Sevilla te debe mucho dinero y como ahora está en Segunda División, tiene muy pocos ingresos... Se trata de que tú le aprietes al máximo, yo me encargo de los jueces y de mover a los medios y, entre todos, acabamos de una vez con el Sevilla". ¡Pobrecillo!, como diría Luis Cuervas (q.e.p.d.). - Y como no es PRISA todo lo que reluce, va y aparece un tal Julián Ruiz en la edición digital de El Mundo en la que, después de proferir un rosario de “lindezas” sobre casi todos los estamentos del Sevilla Fútbol Club (Del Nido, Manzano, Palop y Negredo, entre otros) acaba preguntándose, “ignorante” y zafio, “¿quién es el culpable del odio al Madrid”? Juliancito –y, de paso, Eduardo Inda-, ¿qué quién es el culpable? ¿y tú me lo preguntas? El culpable eres tú y toda la caterva mediático centralista-madridista que, desde vuestra condición de ultrasur militante, generáis las más bestiales de las violencias. No se cortan en reconocer que, tras el Barcelona, el Sevilla es el equipo mas “antipático” para los aficionados capitalinos… ¡Cuánto honor! ¡qué grande eres, Sevilla! Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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La sentencia de muchodeporte.com. Información y límites de la libertad de expresión (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Acabamos de conocer, tras su paso por la Audiencia Provincial y por el Tribunal Supremo, la firmeza de la sentencia del Juzgado de Primera Instancia Nº 22 de Sevilla, de 21 de marzo de 2006, que condena, en virtud de demanda sobre derechos fundamentales, al periodista sevillano y sevillista don Lucas Haurie y a muchodeporte.com a, entre otros pronunciamientos, indemnizar al presidente del Sevilla Fútbol Club.
Conforme al artículo 18.1 de la Constitución, los Derechos al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen tienen el rango de fundamentales, y hasta tal punto aparecen realzados en el texto constitucional que el artículo 20.4, dispone que el respeto de tales derechos constituya un límite al ejercicio de las Libertades de Expresión que el propio precepto reconoce y protege con el mismo carácter de fundamentales.
La inmensa mayoría de las veces –fallo garrafal- el lenguaje jurídico de las sentencias se aleja en demasía del de la calle. Con esta colaboración pretendemos acercar a todos el contenido de la referida sentencia, sus curiosidades e interpretaciones, que nos ayude a extraer nuestras propias conclusiones:
Sentencia de 21 de marzo de 2006
Autos del Procedimiento Ordinario 1060/2005 seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia Nº 22 de Sevilla, entre don José María del Nido Benavente, como demandante, y don Lucas Haurie y muchodeporte.com, como demandados.
ANTECEDENTES DE HECHO: Resulta curioso, en primer lugar –a mi al menos me lo parece- como la representación y defensa en juicio del periodista demandado don Lucas Haurie –sevillista- se otorga a dos béticos, los hermanos Arredondo, uno de ellos consejero del equipo menor de la ciudad, don Oscar, en el momento en que se sustanciaba el asunto ante los tribunales.
Dice la sentencia que, recibido el procedimiento a prueba, el juzgador sólo admite los medios de prueba aportados en su día con la demanda y no acepta la prueba documental aportada en la audiencia previa por Del Nido ni la testifical interesada por Haurie. No es difícil imaginar que la primera de ellas estaría referida a nuevas descalificaciones vertidas en portal deportivo; lo que no ha trascendido es quiénes serían los testigos propuestos por la defensa. ¿Don Óscar, podría tratarse de alguna agraviada criaturita en busca de venganza?
FUNDAMENTOS JURÍDICOS: Del Nido ejercita la acción de protección del derecho al honor y a la propia imagen establecida en la Ley Orgánica 1/1982, sobre Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen, solicitando una indemnización por daños y perjuicios de 90.000 euros, así como que se publique, en su día, la sentencia en muchodeporte.com. Hay que entender que, aunque no se recoge en los Fundamentos Jurídicos, Del Nido solicitó también que los demandados se abstuvieran en el futuro de hacer manifestaciones en el mismo sentido, pues tal circunstancia se recoge en el fallo.
Establece la ley que la divulgación de expresiones o hechos tocantes a una persona, cuando la difame o la haga desmerecer en la consideración ajena, se consideran intromisiones al derecho al honor, en su doble vertiente: subjetiva (la propia estima) y objetiva (la valoración por los demás), siendo necesaria, además, para que se origine la intrusión, la divulgación y la consideración de los usos vigentes y el contexto en el que se producen las expresiones.
El juzgador ha de valorar la preferencia, en cada caso, entre la libertad de expresión e información y el derecho al honor, siendo determinante, según la doctrina del Tribunal Supremo, que se produzca una divulgación de las descalificaciones. Asimismo, nuestro máximo órgano jurisdiccional ha establecido que la formulación de opiniones, juicios o creencias personales tiene como límite las ideas y opiniones desvinculadas de la información y que, por tanto, resultan innecesarias para la exposición de las mismas (injurias y vejaciones).
Otra cosa bien distinta es la libertad de información que nuestra Constitución protege cuando se refiere a hechos veraces (no requiere una verdad absoluta) en los que siempre habrá que desligarla del juicio valorativo que, casi siempre, le acompaña.
Dice la sentencia que ha quedado acreditado en autos la publicación de los artículos firmados por Haurie en muchodeporte.com, revista digital de la codemandada, entendiendo ambos que se trataba de artículos de opinión. Por el contrario, entiende el juez que las expresiones vertidas en determinados artículos (“carroñero, mamporrero, marrullero, fascista, deslenguado, francotirador, perillanes”) son vejatorias, insultantes, innecesarias e injustificadas. Sin embargos otras (“don nadie, farandulero, maleducado, demagogo… ”) son entendidas como crítica dura, áspera y severa, pero no vejatorias.
Así queda acreditado que don Lucas se excedió en el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, al no limitarse a una formación de la opinión pública en asuntos de interés general, sino vulnerando el derecho al honor con expresiones y comentarios vejatorios e insultantes.
Por otra parte, los 90.000 euros solicitados por Del Nido son vistos por el juzgador como excesivos y desproporcionados a la actuación de Haurie. El derecho al honor nunca debería ser compensado con dinero porque la estima que cada persona tiene de sí misma es de imposible traducción “a metálico”, motivo por el que la jurisprudencia establece para su valoración una relación directísima con la audiencia del medio que la ha difundido y el beneficio obtenido por el causante de la lesión. De esta forma, deduce el juzgador que como los artículos han sido difundidos a través de un portal local sevillano de información deportiva, la repercusión y trascendencia es notoriamente inferior a la de otros medios de información nacional o internacional, por lo que pondera el daño causado en la cifra de 9.000 euros más los intereses legales, sin condena en costas al tratarse de una estimación parcial de las pretensiones.
Lo que por algunos se interpreta como una depreciación del derecho al honor sufrido por Del Nido, se convierte justamente en lo contrario y el importe final viene dado por la escasa entidad que el juez le concede a un portal, el anaranjado, del que no habría oído hablar en su vida.
FALLO: … debo condenar y condeno a don Lucas Haurie Girelli y a Muchodeporte Internet, S.L.T:
1.- A abonar solidariamente al actor (Del Nido) la suma de 9.000 euros más los intereses legales de la fecha del emplazamiento. 2.- A publicar la presente resolución en la revista de Internet muchodeporte.com en lugar preferente y manteniéndola en la página durante un mes. (Otra cosa es lo que Cepeda y Haurie entienden como lugar preferente: dos minúsculas palabras, “La Sentencia”, ubicadas a la izquierda de la web en el apartado “Opinión”) 3.- A que los demandados se abstengan en un futuro de hacer manifestaciones en el mismo sentido de las que han sido objeto de condena. (Obsérvese que este apartado, sin duda, es el más cruel del fallo: toda una vida por delante sin que Haurie ni muchodeporte.com puedan manifestarse de forma parecida)
Nos viene pintiparada la sentencia a todos los que, con mayor o menor fortuna y/o sapiencia, nos ponemos delante de un teclado para expresar, habitualmente cándidos e ingenuos, nuestro parecer sobre las diversas cuestiones que nos afectan, en nuestro caso particular sobre el Sevilla Fútbol Club.
Pondré como ejemplo que nos invite al análisis y a comedirnos un artículo publicado en esta misma página en el que, a mi modesto entender, el tono de la crítica excedía en mucho los límites de una libertad de expresión que deben consistir en la formulación de las -siempre necesarias- opiniones, juicios o creencias, pero que tienen como límite las ideas y opiniones desvinculadas de la propia información. Así lo han entendido los administradores de Columnas Blancas y así debemos entenderlo todos si pretendemos evitar que, algún día, caiga sobre las cabezas del editor, amén de sobre las nuestras, el peso de la ley. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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La Hoguera de las Vanidades (por Julián Muñoz de Priego Alvear)
El título de este post coincide con el de una magnífica novela de Tom Wolfe, llevada al cine con posterioridad por Brian de Palma. Pero tanto la novela como el post se inspiran en hechos acaecidos en la Florencia del Renacimiento, la Florencia de los Médicis. Florencia había llegado a las cimas de las artes y las ciencias en las mejores épocas de la historia de esta república. En el Renacimiento florentino se daban cita nombres como Botticelli, Miguel Angel, Leonardo da Vinci, Dante, Maquiavelo, Bruneleschi… La concentración de genio más grande en la historia del arte occidental, todos ellos juntos en la misma ciudad y casi al mismo tiempo. La ciudad se convirtió por un tiempo en la más importante del mundo conocido y era famosa por sus riquezas venidas de todo el orbe, obras de arte, ricas telas, afeites y perfumes, muebles exquisitos y manjares exóticos se sumaban a la arquitectura de la ciudad para mayor gloria de sus ricos comerciantes. Pero la historia tiene su propia dinámica y Florencia, como todas las ciudades que en algún momento fueron el ombligo del mundo, progresivamente se fue convirtiendo en una ciudad provinciana de la Toscana. Cuando decaían sus años de esplendor, la inestabilidad política de los Médicis dio paso al poder a la figura del monje Savonarola. Savonarola trataba en sus sermones los temas del Apocalipsis y las visiones de la amenaza del fin del mundo. Ejerció una enorme influencia sobre la población con sus ideales de pobreza y desposeimiento y con la prédica de la penitencia por la corrupción moral, la degeneración, el lujo, el derroche y el afán de placeres. Para el monje, la decadencia de Florencia no era más que la consecuencia lógica de sus pecados. Las ardientes prédicas del monje y la decadencia de la ciudad, impresionaron tanto a los florentinos, que cada vez eran más los que acudían al convento de San Marcos a escucharlo. Se expulsó de Florencia a los Médicis, la familia que tanta gloria había dado a la ciudad. En pleno Carnaval, Savonarola mandó a sus seguidores crear una pira para purgar los pecados de Florencia. En dicha hoguera arrojaron obras de arte, libros, cosméticos, instrumentos musicales, telas refinadas, joyas y muebles… todo lo que fuera muestra de la vanidad de los florentinos. " (…) y tú, Florencia, que piensas sólo en ambiciones y empujas a tus ciudadanos a exaltarse, sabe que el único remedio que te queda es la penitencia (…)" sermoneaba el fraile. La historia cuenta que la pirámide de bellos objetos tenía veinte metros de alto, que su base tenía un perímetro de noventa metros. Y todo aquello ardió en llamas, en la que Savonarola llamó la Hoguera de las Vanidades. Nuestro Sevilla F.C. ha pasado por su momento de gloria. No ha sido el primero, ni será el último, pero sí el más prolongado y llamativo. Es fácil acostumbrarse a lo bueno y nos hemos acostumbrado demasiado pronto. Tan pronto que casi no hemos sabido disfrutar de ello, porque como Savonarola y sus seguidores, aún en la cumbre del éxito, siempre ha habido quien nos recordara lo efímero de la gloria. Desde hace años, esto no es de ahora, ha habido agoreros que vaticinaban el fin de un periodo de esplendor. Era fácil hacer vaticinios de que el Sevilla volvería algún día a la mitad de la tabla, a luchar por la Europa League, en vez de por la Champions, a fajarse con los de siempre en vez de tumbar a Madrid y Barcelona. Es la ley del fútbol. No tenemos presupuesto para mantenernos arriba siempre y sólo una afortunada y bien trabajada constelación de situaciones pudo llevarnos a ser durante dos años el Mejor Equipo del Mundo y a llenar nuestras vitrinas de trofeos. Todo parece indicar que por fin los agoreros han visto cumplidos sus vaticinios. No puedo estar de acuerdo, por más que me pese, con los que opinan que podemos esta liga volver a conseguir títulos y un puesto para la Champions. No con este equipo. Ojalá me equivoque. Es humanamente razonable la decepción, porque un lustro ha sido suficiente para acostumbrarnos al triunfo. Pero también sabíamos todos que no podíamos mantenernos tan arriba con nuestros recursos y que este momento llegaría. Este comienzo de temporada con las decepciones en la Supercopa y la Champions, el arranque de liga y la racha de los últimos cuatro partidos está siendo nuestra particular travesía del desierto. Pero como diría el cursi "que las lágrimas no nos impidan ver las estrellas". Apoyemos de nuevo al equipo. Construyamos, construyamos y construyamos. Hagamos oídos sordos a agoreros malintencionados y atesoremos el recuerdo de lo que fuimos y alimentemos la esperanza de lo que volveremos a ser. No quememos en una monumental pira nuestras vanidades, las vanidades por los éxitos que tan denodadamente consiguió nuestro equipo para nosotros en esos campos de España y Europa. Guardemos nuestros recuerdos para nuestros hijos y nietos y pongámonos de nuevo el mono de faena. Seremos de nuevo, tendremos que ser, el equipo de "la casta y el coraje". Tendrán que serlo los que juegan con nuestro escudo en el pecho y si no son capaces de serlo ¡al banquillo! que ya hay otros esperando que sabrán serlo. Y tendremos que serlo la afición, tendremos que asumir nuestra responsabilidad. Si creemos que alguna vez la tuvimos en el triunfo, tendremos que asumirla también en la derrota. Pero unidos, sin fisuras, sin dar pábulo a las lenguas y a las plumas de aquellos que predecían nuestra derrota cuando aún vivíamos los mejores momentos, los "días de vino y rosas", no porque fueran sibilas, profetas, pitonisos ni oráculos, sino porque la deseaban. Querían que no disfrutáramos el sabor de los frutos de la victoria. Querían amargárnosla y ahora se sientan ufanos a ver pasar nuestras desdichas desde sus medios. No le demos el gusto… Savonarola consiguió que expulsaran a los Médicis de Florencia, aquellos gobernantes y mecenas que, con sus méritos y sus errores, consiguieron llevar a Florencia a las más altas cumbres del arte y de la ciencia. No repitamos su error. Savonarola aceleró la decadencia de la ciudad por querer borrar la vanidad de sus habitantes, una vanidad de la que los florentinos eran acreedores. No dejemos de envanecernos de lo conseguido. Florencia es hoy una magnífica ciudad, orgullosa de lo que fue un día y atesora un increíble patrimonio artístico. Pero ¿qué no podrían haber atesorado sus ciudadanos e instituciones sin la sinrazón de la Hoguera de las Vanidades?. Para los que no conozcan el final de la historia: Savonarola fue condenado a muerte y quemado públicamente en la Plaza de la Signoria el 23 de mayo de 1498, apenas un año y tres meses después de su famosa hoguera y en la misma plaza. Sic transit gloria mundi. 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La obligación del Sevilla FC (Colaboración de Ernesto López de Rueda en Columnas Blancas)
Corren tiempos procelosos para la causa sevillista, porque desde que comenzara la temporada con los ridículos de Barcelona y frente al Sporting de Braga, no amaina el temporal y siguen sus vientos azotando la superestructura de nuestro edificio y el agua socavando en cierta medida algunos de sus cimientos. Y todo ello ocurre mientras el discurrir deportivo de la entidad no otorga tregua alguna, ahora con la silueta del PSG que abandonó la lontananza para hacerse amenaza visible en nuestro horizonte más cercano. Un Sevilla que llevaba casi once años sin cesar a un entrenador y que en el corto espacio de seis meses -o veinte partidos oficiales, menos de media temporada- ve como por su banquillo se suceden tres inquilinos sin que ninguno de ellos haya sabido o sepa -de momento- poner fin a la tribulación que nos embarga, a las vicisitudes de un equipo al que cualquier rival hace sufrir en el campo hasta derrotarlo con claridad meridiana o al que vencemos no sin grandísimos esfuerzos y desgaste y sin apenas ventaja clara en el marcador. Una entidad que pasa de los cielos de Almería y Barcelona a la línea de metro que discurre por sótanos infernales que con tanta asiduidad visitamos en esta temporada y que ha tenido ya parada en las estaciones de Sporting, Depor, Racing, Getafe, Mallorca, Braga o Barcelona, en estas últimas por dos veces. Precisamente, algunos de los rivales citados, de encadenar una serie de derrotas o sangría de puntos frente a los clubes mencionados, no tendría problema ninguno, pero el Sevilla, tanto por el rival como por la forma de dilapidar los botines en disputa se enfrenta a un serio problema. Ya definió con maestría la situación el presidente: “quiero que haya una crisis cuando el Sevilla pierda”. Traigo esta frase a colación no por impulso mordaz alguno o con aviesa intención, tanto es así que aún hoy la sigo aplaudiendo porque retrata la realidad del Sevilla y el espíritu que siempre debe de embargarnos: somos un grande y de esta condición se derivan nuestras obligaciones. Quienes no estén preparados para hacer frente a esta presión deben de abandonar la nave porque harán incurrir al Sevilla y a los sevillistas en el ridículo. Sean directivos, técnicos, jugadores, y/o empleados o colaboradores del club, hay que erradicar el derrotismo, algo que debiera ser extensivo a la masa social. El Sevilla, su afición ni nadie que desee en modo alguno tutelarla por decirlo finamente, no puede ni debe de quejarse por los arbitrajes, porque no es este factor el que nos aleja de los puestos que perseguimos; ni tampoco provocan esa distancia las lesiones desde el punto y hora en que el 20% de la plantilla (Koné, Sergio Sánchez, Drago y en menor medida teórica aunque desgraciadamente sí real, Fazio y Acosta) es baja crónica y además fichamos jugadores con un riesgo cuando menos alto. Ahora se juntan el desgaste de nuestros buques insignia y la falta de condiciones para el deportivo combate tanto de las unidades llamadas a reemplazarlos como a reforzar al conjunto de nuestra flota, pero eso no significa que nuestras obligaciones hayan desaparecido, siguen estando ahí. Si el Sevilla es o quiere seguir siendo una potencia, ha de presentar batalla, partido a partido aún sabiendo de nuestras flaquezas y debilidades. En términos marineros ya lo intentó Cervera en Santiago de Cuba y años antes fue Casto Méndez Núñez quien retratara el quijotismo español con aquel “más vale honra sin barcos que barcos sin honra”. Se debe el Sevilla al triunfo, al ansia por obtenerlo, en definitiva a la ambición y preso de ella, de esa forja y grandeza, habrá de sucumbir si fuera menester. Como nunca podrá hacerlo es inane y entre la diferencia. Así que a quienes abogan por, a partir de ahora, dar por finiquitada una temporada para -dicen- ir construyendo los mimbres con los que afrontaremos próximos ejercicios, contestarles que naranjas de la china. De alguna manera el consejo de Administración y los técnicos tendrán que abordar tanto el refuerzo de nuestra plantilla que desde ya se puede acometer con la baja de larga duración de Guarente, como el hallar la causa de la depresión de un conjunto de jugadores habituado a ganar y que parecen -o así lo confiesan- haber perdido la ambición, un pecado de lesa identidad en el Sevilla Fútbol Club. Y, como he dicho en anteriores ocasiones, los años no pasan en balde para los técnicos y su metodología (esa presión al rival que el Sevilla perdió hace ya tres años y jamás ha vuelto a recuperar siendo, posiblemente, el equipo de Primera que menos la ejercite), para los jugadores quienes llegan, están y se van, y del mismo modo afectan a unas estructuras del club precisas de revisión, nadie es eterno ni imprescindible y algunas parcelas denotan la necesidad de una urgente renovación. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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Tratado de caza (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
¡Enhorabuena! Lo conseguisteis, o al menos eso parece: el Sevilla de los títulos toca a su fin; basta con leer las páginas de deportes y algunos blogs sevillistas de los últimos días, sobra con escuchar según qué radios, para corroborarlo. Parece claro –y nos insisten machaconamente en ello para que no lo olvidemos- que el Sevilla actual en nada se asemeja con aquél disfrutado desde la mágica noche de Eindhoven hasta la desconsolada tarde del adiós de Puerta. Y si, a la vista del momento actual, hasta podríamos estar de acuerdo en el negro horizonte que se vislumbra en el futuro deportivo más inmediato de nuestro club, ¿a cuento de qué hemos tenido que soportar, entonces, tres años de descalificaciones, de mezquindades, de sátrapas por la desestabilización del proyecto deportivo más importante de la historia del Grande de Andalucía? ¿No hubiese sido más aconsejable disfrutar, ufanos y orgullosos, de los magníficos resultados que, sobretodo en las competiciones domésticas, cosechaba el equipo y ahorrarse la sarta de obscenidades, mentiras, vilezas, perversidades y ruindades que unos cuantos carroñeros, con el beneplácito de los minoritarios y ruidosos discordantes de siempre, han practicado hasta casi la extenuación? La cuestión era –y sigue siendo - desmoronar el más grande Sevilla conocido y, para ello, nada mejor que la obsesión por abatir la cabeza pensante de esa gloria alcanzada y tan largamente suspirada y que, en términos de caza mayor, ha consistido en apuntar la mira telescópica del rifle de última generación sobre ese rey del monte, esa res de veinte puntas imposible de tumbar por cuatro monteros furtivos que, felizmente hasta ahora, se han tenido que conformar con disparar sus escopetas "del doce" sobre otras especies de caza menor, usando, incluso, desde el mismo corazón de cadenas de radio, rapaces nocturnas extrañas al "arte de la cetrería". ¿Qué sentido tenía si no, por ejemplo, el varapalo por decreto, la perenne carnicería, sobre el –para mi añorado- sucesor en el banquillo del traidor de las libras esterlinas? Nos hemos acostumbrado a la gloria, al gozo, de un éxito tan inesperado como exagerado y tan sólo un orate puede asumir que esa gloria, con el sexto presupuesto de nuestro fútbol, nos iba a pertenecer en exclusiva para siempre. El Sevilla es lo que es, lo que sus ciento cinco gloriosos años de historia dicen que es. Nada más y nada menos. Con una arriesgada, valiente y destacada gestión -y dándose todas las conjunciones terrenales y celestes- hemos disfrutado o, mejor dicho, tendríamos que haber disfrutado, de un lustro para enmarcar. No ha podido ser; hemos desviado, o nos han hecho desviar, la atención del objetivo y es ahora cuando algunos comienzan a darse de bruces con la realidad en toda su crueldad. Habituémonos pronto a aceptar nuestra condición y, alcanzada esa meta, que sirva de punto de partida para, desde esa posición en la parrilla de salida, aspirar a parecidas gestas como las que para siempre retendrán nuestras retinas. Mientras tanto, sigo creyendo que, para satisfacer sus instintos, estos aprendices de furtivos se van a tener que seguir conformando con algún que otro conejo o, como mucho, con alguna perdiz de reclamo… Y sigo creyendo que este Sevilla, con todo lo que cuesta decirlo hoy, nos va a seguir dando enormes satisfacciones… Gracias, Sevilla, por lo vivido y por lo que, a pesar de tanto y de tantos, nos queda juntos por disfrutar. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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Me descojono contigo, perversito (Por Francisco Romero)
Estimado perversito:
Ayer tuve la ocasión de escuchar el patético programa –divertido a veces, justo es reconocerlo- que, en compañía de dos ilustres béticos, haces casi a diario con la inestimable ayuda de otras aves nocturnas. Y, la verdad, tengo que felicitarte por llevar hasta el límite aquel dicho tan enraizado en vuestra profesión de “no dejes que la realidad te estropee una buena noticia” o este otro, tan asumido entre las rapaces, de “perro no come carne de perro”.
Me ha llamado gente, no tanta como hace 12 o 13 años -malos tiempos para la radiodifusión ¿tendrán algo que ver los medios oficiales?- para darme a conocer tu comentario sobre mi persona. No diré aquello tan socorrido de “me han contado”, porque yo tengo la buena –sí, buena- costumbre de escucharlo y de leerlo “todo”. Necesito esa dosis extra de adrenalina para que, en esas contadas pero periódicas ocasiones en las que me encuentro con algún papafrita (Alvarado dixit) no se me quede nada en el tintero; eso sí, si alguna vez son –sois- capaces de mantener la mirada.
Resulta que a raíz de una pretendida valoración de la dimisión del presidente de PNB –toda mi admiración y respeto para un señor al que, final y sencillamente, han fulminado por negarse a bailarle el agua a la fundación heliopsoe, a la que tantos medios “independientes” apoyáis- en el sentido de que todo se debe a motivos de egos personales, de quítate tú para ponerme yo, has pretendido, vilmente, extrapolar la situación, rememorando, según tu apreciación, “algo que no es nuevo... ya pasó en el Sevilla con los pequeños accionistas... de Luis Marín..., sí ya pasó con Paco Romero... ”. Conmovedor.
No tengo que darte satisfacciones de nada, perversito, pero te reto a que en tu “estelar” programita –es imposible porque es mentira- anuncies públicamente de qué cargo dimití, porqué motivo y qué aspiraciones tenía.
Fui socio fundador de una asociación, Foro Sevillista, de la que 15 años después, me siento plenamente orgulloso. Ocupé los cargos de secretario y presidente, y nos disolvimos cuando entendimos cumplidos los fines para la que se creó: devolver al Sevilla, perversito, a nuestro Sevilla, a las manos de sevillistas, algo que tú, evidentemente, continúas sin encajar.
No dimití nunca, aunque lo repitas mil veces; me limité a conseguir con unos cuantos amigos lo que nos propusimos; después me fui a casa, disfruté por España y por Europa -puedes dar fe de ello- y continúo haciéndolo con mi –con nuestro- Sevilla, con mis –con nuestros- títulos.
¡Qué pena que sevillistas como tú no estéis disfrutando la época más gloriosa de nuestro club! ¡Allá vosotros, es vuestro problema!
Te has limitado a poner en práctica otra de vuestras socorridas frasecitas: “difama que algo queda”. ¿Será, quizá, el problema que entre unos cuantos nos hayamos propuesto, desde este y otros sitios, quitaros para siempre la careta? Sin acritud, perversito: sigue así, me descojono contigo.
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Honoris Cusa de hojalata (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Jesús Navas ha sido intervenido en Vitoria mediante artroscopia por el prestigioso cirujano ortopédico Mikel Sánchez, sin duda una eminencia a nivel mundial en articulaciones, quien ha confirmado el diagnóstico en su día emitido por los servicios médicos del Sevilla Fútbol Club.
Pero hete aquí que, una vez más, un no muy significativo pero retorcido segmento de la prensa deportiva sevillana, que desconoce el concepto de la palabra vergüenza, ha vuelto a dar muestras perversas de su galopante amoralidad. Tan imprudentes y atrevidos como su propia ignorancia, siguen empeñados en competir –sin que se les caiga la cara de vergüenza- con prestigiosos profesionales de cualquiera de las ramas de la Ciencia.
Ahora le ha tocado el turno a la Medicina. Para ello han cursado –eso aseguran- durante cinco días –sábado y domingo libres- en horario de cuatro a siete de la tarde y obteniendo la calificación de sobresaliente cum laude, su particular “Master en parches y cataplasmas”, licenciándose en la facultad de curandería de la universidad de la osadía, donde, finalmente, están a punto de ser nombrados doctores honoris causa -eso sí, y como no puede ser de otra manera- de hojalata.
Esta “sacrificada” vida -perdón, semana- dedicada a la ciencia y a la investigación ya les permite emitir su opinión sobre los males que aquejan a la enfermería de nuestro club, elevando a definitivas tesis tan ignorantes, peregrinas y soeces, que –atrevimiento sin límites- sólo pueden producir sonrojo en personas medianamente serias.
El propio doctor vasco había confirmado que el tratamiento conservador al que ha estado sometido el jugador, previo a su intervención, es el más recomendado ya que toda intervención conlleva un riesgo: La mejor cirugía es la que no es necesario realizar; no se trata de valorar sólo el tiempo de recuperación, sino el futuro a largo plazo de la articulación. Esta es la opinión de los especialistas pero, claro -¡incrédulos ellos!- no estudiaron en la prestigiosa facultad de tanto sin vergüenza.
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La información en los tiempos del cólera (Colaboración de Ernesto López de Rueda en Columnas Blancas)
Columnas Blancas, 4 de noviembre de 2010:
Hace un par de días, algunos representantes del
periodismo deportivo sevillano volvieron a ofrecer una patética muestra
del nivel exhibido por este sector de teóricos suministradores de
información cuando intentaron boicotear un acto organizado por el Sevilla
FC y uno de sus principales patrocinadores o empresa con la que mantiene
importantes acuerdos de colaboración que se traducen en beneficios tanto
evidentes como intangibles para nuestra institución, con Sanitas. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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Confirmado: Jiménez, al AEK (por Francisco Romero)
¿A quién entrena Jiménez? ¿al Dnipro Dnipropetrovsk -o como se diga- ucraniano? Manolo Jiménez acaba de confirmarme telefónicamente que se marcha a tierras helenas. El AEK de Atenas, que se encuentra situado el séptimo lugar de la tabla clasificatoria, a cinco puntos del líder y a cuatro del colista, será su inmediato destino. Asimismo, en el grupo G de la Europa League, ocupa la segunda posición detrás del Zenit de San Petersburgo y por delante del Hajduk Split y del Anderlecht, su próximo rival. Un fútbol difícil y distinto. Un equipo con muchos problemas en el inicio de temporada. Allí, el de Arahal tendrá ocasión de demostrar sus conocimientos, como ya hizo aquí, alcanzando -a pesar de tanto y de no tantos- números ligueros y coperos de auténtico récord en el Sevilla F.C. Suerte, Manolo, que también es necesaria. Si te va la mitad de bien que te ha ido en tu Sevilla, el éxito está asegurado.
P.E.- Dos días después, el técnico aterrizaba en el aeropuerto ateniense y este fue el recibimiento a la salida de la terminal.
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Fin de la "erita" Álvarez (por Francisco Romero)
"El Consejo de Administración del Sevilla FC ha destituido este domingo por la noche a Antonio Álvarez como técnico del primer equipo, cargo que a partir de este lunes ocupará Gregorio Manzano. El técnico jienense dirigirá su primer entrenamiento en la sesión vespertina de las 19.00 horas". Hasta ahí la escueta noticia publicada en la página web oficial del Sevilla el domingo por la noche, tras la derrota (2-0) en el Rico Pérez frente al Hércules de Alicante. Justo seis meses después de su llegada, batiendo todos los records negativos de permanencia, Álvarez abandona un banquillo, el sevillista que nunca debió ocupar como máximo responsable. Ni su currículum, ni su posterior discurrir debieron ser suficientes para su posterior renovación. Desde este sitio se ha mostrado repetidamente nuestro desacuerdo con la decisión entonces tomada por la dirección deportiva. La determinación llega veintiún partidos oficiales tras su debut: quince de ellos de Liga, con números muy por debajo de sus predecesores; dos de Champions, ambos contados por derrotas; uno de Europa League con idéntico resultado negativo; dos de la final de la Supercopa de España, con dos caras bien distintas y un resultado nefasto, y uno correspondiente a la final de Copa de S.M. El Rey disputada y ganada tras la clasificación obtenida para la misma por el anterior técnico.
Antonio Álvarez, felizmente, es otra vez, ahora desde la faceta de técnico, historia del Sevilla y es también historia para el grupito de papafritas que, en su criminal afán de hundir a toda costa el proyecto sevillista, lo encumbró y lo utilizó buscando su propio beneficio. Ahora es el tiempo para que continúen goteando toda esa bilis que rezuma en sus labios, para que sus manolones, pintinhos y prietos, invitados estelares de sus programas, saquen a relucir todo el odio que llevan dentro. Ese es el momento de ellos. El nuestro es el de continuar denunciando sus tropelías y el de continuar ensalzando las excelencias del Grande de Andalucía. Y ahí nos van a seguir encontrando estos siete papafritas y medio. Llega Gregorio Manzano, de profesión entrenador y eso, hoy día, ya es mucho ¡Suerte, vista y al "toro"... ! Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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A Álvarez también le gustan los micrófonos (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Incluso los que hemos valorado positivamente el trabajo y los resultados de Manolo Jiménez al frente del banquillo sevillista, hemos coincidido con sus detractores en que dilapidaba gran parte de su incontestable éxito merced a sus kafkianas y peculiares ruedas de prensa. En lugar de responder en más de una ocasión con simples monosílabos, como requería la propia situación, amén de la identificación y de la filiación del reportero de turno, el de Arahal gustaba "enrollarse" en demasía, proporcionando excesivas explicaciones que a nada conducían y que sólo servían para facilitar alimento a una jauría cada vez más sedienta de sangre, toda vez que sus "infalibles" previsiones tardaban demasiado en hacer su aparición. Cambió el inquilino del banquillo y pudo parecer que, a partir de entonces, por mor de su óptima relación con los chicos del cuarto poder, la cosa iba a cambiar. No ha sido así finalmente. Antonio Álvarez -debe ser un extraño virus que provoca un afán desmedido por los micrófonos- se despachó a gusto a mediodía del pasado lunes (no es la primera, ni será la última vez) en los micrófonos de Canal Sur, la radio que, dicen, es "la nuestra": - "La plantilla que tenemos no es la de hace unos años y tenemos que ser conscientes de los objetivos reales del Sevilla, porque ganar la Liga, con Barcelona y Madrid, es muy complicado. Nosotros tenemos que estar en la lucha del tercer al sexto puesto". Cuando la meta fijada por el club es, como mal menor, el cuarto puesto de la clasificación, no puede –no debe- el máximo responsable del banquillo rebajar tan drásticamente las expectativas. Pareciera no haberse enterado, a estas alturas, de lo que ha supuesto para la entidad la reciente debacle ante el Sporting de Braga. - "No hay ningún problema con Luis Fabiano, siempre pongo a los que en mejores condiciones están. Negredo estaba trabajando bien, jugó con el Levante y rindió como queríamos. Por eso ante el Dépor creí que debía seguir él. Yo me equivoco, pero soy el que tomo las decisiones y no tengo en cuenta ni los debates ni lo que diga nadie. Mi idea es repartir los esfuerzos". Bien, y sin más trascendencia, lo dicho hasta aquí por el técnico. Se trata de una opinión que, aunque a mi entender también sobra, no compromete más allá de lo normal las valoraciones sobre la actitud y la aptitud de los protagonistas mencionados. Ahora bien, la cosa se complica cuando manifiesta: - "Yo le dije a Acosta que lo mejor para él era una cesión para que tuviera los minutos que aquí no iba a tener, pero no sé si fue que no encontró equipo"; e igualmente, cuando reconoce que quizá sea conveniente no utilizar a Romaric en los partidos de casa: "Es evidente que hay un desencuentro con la grada y eso puede ser perjudicial. Hay situaciones en las que sí podremos meterlo en partidos de casa, pero se tienen que dar". Ambas valoraciones –sin entrar en la oportunidad, o no, de dichas medidas que sería motivo de otro debate- evidencian un alejamiento de los intereses generales del club, poniendo en la picota –y rebajando indiscutiblemente su caché- a dos profesionales que no pasan por sus mejores momentos; más aún cuando el primero de ellos parece haberse repuesto, por fin, de su particular vía crucis de dos años de lesiones y el segundo afronta, por vez primera, una temporada en las mejores condiciones físicas desde su llegada. Aunque siempre he preferido valorar al entrenador –continuaré haciéndolo- por lo que, resultados en mano, platique en el banquillo y en el vestuario, más que por la locuacidad ante la prensa, parece claro que suministrar más información de la precisa en comparecencias surrealistas y absurdas producen más quebranto que beneficio, más aún cuando él está obligado a ejercer como uno de los máximos valedores de los intereses generales del Sevilla. Cosas de un técnico en formación, también en esto… A ver si aprende. P.S.- Tras la publicación de esta columna, fuentes muy próximas al órgano rector sevillista me comentan respecto a las desafortunadas palabras de Álvarez sobre Acosta que, contrariamente a lo expresado por el técnico, fue él mismo el que frustró la cesión ya consumada del jugador argentino a un club europeo porque quería seguir contando con su participación. O sea, todavía peor. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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Renovarse o morir: desde el banquillo al utillero (por Francisco Romero)
No es el momento, nunca es el momento, pero tal como lo pienso, lo cuento: Cuatro años después, la columna vertebral, la cabeza y los miembros del equipo del Sevilla Fútbol Club -un total de siete jugadores- que, brillantemente, se alzó con la primera Copa de la UEFA, siguen siendo titulares: Adriano hasta su reciente marcha, Palop, Escudé, Jesús Navas, Kanouté, Luis Fabiano y Renato. Daniel Alves se fue para crecer, Martí para sobrevivir, Puerta para siempre, Javi Navarro se retiró, Saviola casi y David Castedo hizo lo propio, si bien los dos mallorquines, visto lo visto, podrían seguir ocupando plaza de titular en el actual Sevilla. Desde la fuga de Juande se han hecho multitud de análisis sobre la situación de un equipo, el nuestro, que, al decir de muchos, "dejó de enamorar". La diatriba -era lo fácil- se ha centrado especialmente en la figura del entrenador. Los "críticos" –incluyámonos todos- comparamos sin ruborizarnos las formas del Jiménez-futbolista con las del Jiménez-técnico: "un lateral, todo pundonor, cortito de técnica, no podía ser entrenador de un equipo de estrellas" y también fallamos -respaldados por las perversas aseveraciones de un sector infame de la prensa- al apuntar nuestros cañones sobre esa única figura, sin apreciar que el cambio no se había producido sólo en el banquillo y que la plantilla de jugadores no era la misma que, con un fútbol rápido, de apoyos y arrasador, había conquistado Europa. Había pasado el tiempo y los nuevos aportaban poco o nada. En el término medio siempre ha estado la virtud. El anterior entrenador, con un grupo de jugadores que, como queda dicho, no se renovó adecuadamente –la mayor parte de las incorporaciones llegaron para ocupar plaza en la suplencia- cosechaba buenos resultados. Sin embargo, todos queríamos más: no bastaba con eso, había que jugar como si Di Stéfano, Arza y Pelé formaran parte del equipo. Lo verdaderamente importante era el jogo bonito y los resultados vendrían por añadidura. A pesar de no contar con jugadores de ese calado, el “cateto”, en su primera temporada, tras tomar las riendas del equipo en los umbrales del descenso, lo izó -ante la ira de los siete papafritas y medio que aun subsisten- al quinto puesto de la clasificación, empatado a puntos con el cuarto -el Atlético de Madrid, que disputó la Champions League- y cayendo lastimosamente en la tanda de penaltis, en octavos de Champions, ante el Fenerbahçe. En la segunda, tras la marcha del, sin duda, gran bastión de los éxitos, el lateral-mediocampista-interior Daniel Alves, y con un "sonoro fracaso" en las incorporaciones -Duscher y Romaric, titulares siempre discutidos-, el Sevilla alcanzó la tercera plaza liguera, sólo superado por los dos transatlánticos del fútbol mundial, y por ende del español, además de alcanzar las semifinales coperas, cayendo en una atípica eliminatoria -tromba de agua en la ida que dejó impracticable el césped y debacle en San Mamés- ante el Athletic de Bilbao. En la última, con una racha de lesionados que en ocasiones rozaron la docena, fue cesado tras una negativa racha de resultados ligueros el día en que el Xerez, en el minuto 94, nos privó, a falta de diez partidos para el final de la competición, de los dos puntos que supusieron la máxima desventaja respecto a la meta fijada (el cuarto puesto); Entre tanto, suplió otra decepción Champions, al volver a caer en octavos, con otra clasificación histórica para la final de la Copa del Rey, tras eliminar en semifinales con un montón de ausencias al F.C. Barcelona; final que nos conduciría a un nuevo título conquistado ya con Álvarez en el banquillo, tras recalar en el mismo con el estelar apoyo –se ha sabido ahora- de Kanouté y la ristra de treintañeros ayunos de renovación (panes emprestaos como decimos en mi pueblo). El de Marchena, al día de hoy, ha dirigido catorce partidos oficiales desde el banquillo y -salvo la final del Camp Nou, más por el resultado que por lo ofrecido, y el segundo tiempo del partido de ida de la reciente Supercopa- la decepción más absoluta ha sido la tónica dominante: cinco goleadas encajadas y dos “finales” de distinto signo jalonan su trayectoria (victoria in extremis en Almería gracias a un increíble escorzo de Rodri y derrota abultada en Barcelona hace dos días), ambas con un único denominador común: un lamentable y paupérrimo juego ayuno de casta y coraje. Caer derrotado en Barcelona, ante la mejor escuadra del mundo, se antoja dentro de la lógica; ser humillados frente a un equipo con una semana de entrenamientos y ante un equipo portugués de provincias, no. Mostrar esa actitud, ofrecer esa imagen, con toda la Europa futbolística pendiente, tampoco. Jamás exigiré títulos mientras los presupuestos no sean parejos, pero la actitud de Barcelona, lo de Braga y lo del Carranza ha de desaparecer para siempre de nuestras retinas. Esta es la historia: nos precipitamos, nos creímos el Bayern de Beckenbauer y torpedo Müller, exigimos más porque “nosotros somos así”; somos muy dados a creernos la grandeza de nuestros delirios para, sin solución de continuidad, vernos con estos pelos… Urge una reestructuración de la cabeza a los piés: hemos cambiado lerdamente un entrenador que se retorcía en el banquillo -sufrimiento en el rostro- cuando sus profesionales lo hacían igual del mal que lo hacen ahora, por otro, el actual, que se mesa la misma barbita que le pellizcan entre risas y jolgorios los papafritas de turno Y, para colmo, como “fiel escudero”, un Luis Tevenet fichado tras previo ofrecimiento por “sms”. Un tándem que llegó pregonando a los cuatro vientos sus excelencias futbolísticas y que han demostrado fehacientemente su absoluta incapacidad. Un par de ineptos, que se enfrentan a su primera experiencia como inquilinos del banquillo, que ya han dado sobradas muestras de su insolvencia, tanto que no pueden -no deben- sentarse en el banquillo el próximo martes o, como mucho, que sea su último partido. Hágase de una vez, rompamos definitivamente el eterno debate de la figura del entrenador, renovemos adecuadamente los peones del tablero para que, aprovechando el parón que se avecina, tras la primera jornada liguera, el nuevo técnico disponga de tiempo suficiente para pergeñar al menos un patrón de juego ahora inexistente. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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El ascenso del Hércules y la teoría del fruto del árbol emponzoñado (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
En las últimas horas -en relación con la decisión del Juzgado de Instrucción nº 7 de Alicante, de archivar, a raíz del caso Brugal, las escuchas telefónicas sobre la presunta compra de partidos por el Hércules C.F. y de no dar traslado de las mismas al C.S.D. y a la R.F.E.F.- asociaciones verdiblancas y periodistas de los mismos colores han ido de la mano, en la pataleta anual del club menor de la ciudad –el año pasado le tocó al Xerez- por tratar de recuperar en los despachos lo que dilapida en los terrenos de juego. Así, en perfecta armonía, han llegado a solicitar en las últimas horas -descalificación profesional incluida al “juececito del Hércules”- hasta la paralización de la Liga. Con total impunidad unos cuantos indocumentados acusan de prevaricador a un juez que se limita a aplicar la doctrina y la jurisprudencia al uso, con el fin de evitar la vulneración de derechos fundamentales como el de la intimidad y el secreto de las comunicaciones. Téngase en cuenta que la intromisión judicial en esos derechos, prevista en nuestra Constitución, en ningún caso puede servir de amparo para investigar una presunta infracción administrativa como la que se denuncia. Para los no iniciados, iletrados y “adalides del juego limpio”, que ignoraron –más bien carcajearon, en compañía de su dueño de ayer, de hoy y de siempre- otros casos como, por ejemplo, el del “pitisú del Llérida” o el del “gol de cabeza en Málaga”, valga el siguiente y clarificador apunte jurídico sobre la validez de las pruebas obtenidas violentando los derechos fundamentales: La Sentencia del Tribunal Constitucional 114/1984, referida a la doctrina de la prueba ilícita e influenciada por la doctrina anglosajona "The fruit of the poisonous tree doctrine", obligó al legislador de la época a recoger el pronunciamiento en el artículo 11.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985: "En todo tipo de procedimientos se respetarán las reglas de buena fe. No surtirán efecto las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, violentando los derechos o libertades fundamentales". Desde entonces, tanto el Tribunal Constitucional como el Tribunal Supremo han venido pronunciando numerosas resoluciones abordando el siempre espinoso y controvertido debate sobre la prueba ilícita o prohibida, sucediéndose todo tipo de criterios, interpretaciones y opiniones doctrinales, aunque sin desviarse en exceso del primitivo pronunciamiento: las pruebas obtenidas en la investigación de un determinado delito, violentando derechos o libertades fundamentales, no surtirán efecto alguno en la potencial aparición de otras infracciones que pudieran aflorar como consecuencia de dicha investigación. Como muestra de su aplicación, valga la reciente Sentencia 64/2010, de 9 de febrero, del Tribunal Supremo que establece en su fallo “que debemos declarar y declaramos haber lugar al Recurso de Casación por infracción de ley con estimación de su motivo segundo (… dado que toda la prueba obtenida en la causa, lo fue a través de las escuchas telefónicas, la declaración de nulidad implica la de toda la prueba obtenida conforme establece el artículo 11 L.O.P.J. y la teoría del fruto del árbol emponzoñado)”. Ese es nuestro estado de Derecho; para bien o para mal, el que debemos respetar si creemos en el sistema. Que el club menor de la ciudad (nunca olviden el “pitisú del Llérida” o el “gol de cabeza en Málaga”) solicite justicia en este caso, no deja de ser un destemplado y desafinado canto a la socarronería del más grande de los truhanes. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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Cataluña encumbra a España (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
La realidad del fútbol ha fulminado de un testarazo la ficción de la política nacionalista que inunda nuestras vidas: Bilbao, Pamplona, Barcelona, Lérida, Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, Santiago de Compostela... ciudades enteras, han festejado en sus calles el éxito de una selección, la española, que nos ha metido, a base de toque y espectáculo, por vez primera en nuestra historia, en una final de la Copa del Mundo. Lo que son las cosas: Piqué, Puyol, Busquets, Iniesta, Xavi y Pedro, futbolistas del recién proclamado campeón de Liga en España… Villa, último fichaje estrella del Grande de Cataluña… y Capdevila, leridano de pro… todos –¡qué cosas!- han conformado el 73% de la "rojigualda" que nos ha encumbrado a nivel mundial. Salvando los contados abusos que han trascendido en la prensa -como la chica de Badalona que acudió al colegio, entre abucheos de algunos compañeros, enfundada en la camiseta hispana o el intento baldío de cuatro “valientes” en reventar la celebración en la Plaza del Castillo, en plenos “sanfermines”, o las públicas manifestaciones de algún político catalán o vasco, "admiradores de toda la vida" de la selección teutona o de la holandesa, el próximo domingo- se ha vivido en las calles, en los balcones, en las oficinas, en el “tajo”, un sentimiento españolista que, aunque sea en derredor de un equipo de fútbol, no deja de ser la expresión de un sentimiento común que, siglos tras siglos, ha quedado marcado a sangre y fuego en nuestros genes. Y si no, que se lo pregunten a Puyol… a Jordi no, a Carles. Bien harían los responsables políticos de nuestra nación en tomar buena nota del júbilo colectivo y de la contenida pasión en defensa de lo que nos une, en apreciar de una vez por todas que la gente “normal” no comulga con esas minorías independentistas y secesionistas que, con unos cuantos votos, marcan el tortuoso camino a toda una nación. Bien harían también los propios españolitos en exigir la defensa de otros muchos valores comunes al margen de las “vuvuzelas”. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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Una rueda de prensa sui géneris (Por Ernesto López de Rueda)
En cualquier rueda de prensa del Sevilla, los periodistas de nuestros medios de comunicación -DADO QUE ES INFORMATIVAMENTE IMPORTANTE PARA EL SEVILLISMO QUE UNO O VARIOS PERIODISTAS SEVILLANOS ESTÉN DETRÁS DE UN BLOG DESDE EL QUE SE PONEN "PALITOS" A LA GESTIÓN DEL SEVILLA- deberían de interpelar a los periodistas de la SER.
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¿Por qué no te callas? (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Manolo Jiménez -no es una novedad- se ha equivocado mucho más en las ruedas de prensa que en el banquillo sevillista y otra vez ha vuelto a dar fe de ello, además de forma grave, al hacer unas declaraciones inesperadas a los "funcionarios" de los Informativos de la televisión municipal, Giralda TV. El ex técnico sevillista, al parecer, ha afirmado: “Unos hemos hecho el trabajo feo donde se presionaba, se exigía y llegaban las críticas a pesar de ganar, que no todo es llegar y freír un huevo, y otras personas han llegado y les ha tocado llevar, pasear y enseñar la Copa y pasar a la historia como que la han ganado. Dejé un equipo quinto a dos puntos del cuarto y metido en la Final de la Copa del Rey. Cuando llegué el equipo estaba 13º y lo pusimos 5º. Antonio Álvarez ha sabido esperar, se lo merece y le deseo lo mejor. Me satisface que mi trabajo haya servido para que otras personas sigan mi senda. El que quiera engañarse, que se engañe. Hay que ver los partidos. El Sevilla, en los diez últimos partidos de liga ha ganado el 50%, 15 puntos. Ese no es el Sevilla que puede aspirar a una liga. He conseguido un tercer puesto, un quinto puesto, una semifinal de copa y he sido tremendamente criticado. He peleado con Real Madrid y Barcelona sin tener posibilidades de hacerlo. Hemos sido terceros, los primeros de la otra liga y a pesar de eso se me ha criticado y se ha visto siempre lo malo y nunca lo bueno”. Se equivoca de cabo a rabo. Ni es el momento, ni es el lugar, ni son las formas, ni es lo esperado de un técnico que se ha hecho grande haciendo grande al Sevilla. Yerra en el momento elegido, en medio de las celebraciones de la totalidad del sevillismo por el éxito finalmente conseguido; yerra en el lugar elegido, una emisora de televisión local, la municipal, que ha sido especialmente obscena y lacerante con él durante su etapa como técnico; yerra en las formas y en el lenguaje empleado que deja traslucir su lógica desazón y sus humanas pasiones; yerra, en fin, dándole tres cuartos al pregonero. Antonio Álvarez -otra cosa son las formas, que en nada se han parecido a lo que pregonó con su desembarco- ha cumplido la misión encomendada: clasificar al equipo en cuarta posición y ganar la final de la Copa del Rey. Y al igual que Manolo se renovó él solito el año pasado, al cumplir los objetivos marcados, Antonio ha hecho lo propio en esta ocasión. Otra cosa son las sensaciones y la verdad casi absoluta que trasciende de las palabras del de Arahal: nada de lo manifestado es mentira, a excepción del porcentaje de puntos cosechados por su sucesor que ha ascendido al 60 y no al 50%; todos los datos que aporta son absolutamente ciertos, a excepción de cuando afirma haber conseguido una semifinal copera, porque lo que realmente consiguió fue una final. Bien es verdad que absolutamente nadie recuerda sus logros, que se ha corrido un tupido velo sobre una labor que, además, ha sido ninguneada por ese grupito de "profesionales" que, tiempo al tiempo, serán los mismos que despedazarán al de Marchena cuando apunten de nuevo sus rifles de mira telescópica sobre su única y pretendida pieza y se muestren, como tantas veces, incapaces de abatirla. No es el momento, Manolo; es más, nunca debería serlo. La misión de enjuiciar tu labor corresponde a otros y, tarde o temprano, no te quepa duda, se hará el verdadero análisis, desapasionado y objetivo de tu trayectoria como técnico sevillista, pero, repito, no a tí, Manolo. Has perdido una ocasión perfecta para mantener la boca cerrada, lo que no quiere decir que casi todo lo que has dicho sea “elavangelio”, el mismo que deberías dejar que predicaran otros. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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¡En la vida! (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Llegamos en cruz y en cuadro, con ocho bajas, a disputar los noventa últimos minutos (no hubo alargue) de una complicada temporada, con la luz de la reserva encendida desde hacía demasiado tiempo y, no contentos con ello y con la gozosa esperanza de ver agotada la última gota de gasolina de los nuestros, la mafia futbolística nos mandó al Camp Nou, al estadio más lejano de Nervión.
Allí estaban ellos, afilándose los colmillos igual que lo hace una manada de lobos cuando tienen rodeado a un corderito recién nacido: desde el presidente de la Federación, principal responsable de la cacicada, hasta –lo que son las cosas- los ministros del nuevo régimen que beben los vientos por el antiguo Atlético Aviación, pasando por su A.R. el Príncipe de Asturias, colchonero confeso, la presidenta de la Comunidad de Madrid y el Alcalde de la capital de España, ambos apoyando a uno de los suyos, amén de cincuenta millares de seguidores atléticos (cayó el tópico de la rivalidad extrema, de “chapeau” la gran mayoría) en pos de una nueva celebración tras su reciente triunfo en la Europa League.
Y allí estábamos nosotros, 35.000 exhaustos sevillistas, dispuestos a aportar a los nuestros ese extra de combustible en forma de empuje, ilusión, casta y coraje, triplicando nuestro esfuerzo hasta dejar en clara “minoría” a nuestros rivales. Dicen que también “nos acompañaron” en el palco algunas de nuestras autoridades: el presidente de la Junta de Andalucía, madrileño y socio de nuestro rival esa noche; el Consejero de Deportes, cacereño de nacimiento y malagueño de adopción y el alcalde de la ciudad cuyo nombre paseamos con orgullo más que nadie por el viejo continente, seguidor del club menor del municipio.
Y entrecomillo “nos acompañaron” porque es cierto que allí llegaron, otra cosa distinta es que estuvieran en la misma sintonía que la fiel infantería sevillista. Por si todavía cabía alguna duda, el máximo dirigente andaluz las despejó todas cuando el Grande del Sur de España, dos días después, ofreció a “toda Andalucía” el trofeo que le acredita como Campeón de España: En la recepción oficial, el señor Griñán, que recibió como agasajo una camiseta sevillista con su nombre, se permitió responder con un “¡en la vida!” a un periodista que le sugirió que se la enfundara (la camiseta, me refiero).
¿En la vida qué, señor Griñán? ¿qué extraña urticaria le produciría lucir una camiseta personalizada del club más grande que Andalucía ha visto y verá por los siglos de los siglos? ¿esa es la forma de promocionar lo andaluz entre los nuestros y de cara al exterior, como es su obligación? ¿imaginan a un cordobés en Cataluña, presidente de la Generalitat, por ejemplo, soltar una afirmación similar referida a una camiseta barcelonista que recibiera como presente? ¿de verdad es esto lo que esperamos de la máxima autoridad de nuestra Comunidad?
Dice el refranero, en fin, que no ofende quien quiere… y que arrieritos somos…
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De rivales y periodistas, valga la redundancia (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Dando una vez más muestra de un absoluto sectarismo, la plebe periodística deportiva sevillana, con honrosas excepciones, que las hay, continúa retozándose, desde su alechugado odio eterno o desde su cainismo más abyecto, en su intento de zaherir y subyugar el sentimiento sevillista desde la más absoluta impunidad.
Sin ir más lejos, ahora que ya tenemos fijados día, hora y lugar de celebración de la Final de Copa de S.M. El Rey –otra, “lociento”- conviene recordar que se ha pasado absolutamente de puntillas sobre la noticia que tuvo lugar en Valladolid el pasado 13 de abril, cuando la Federación Española de Fútbol, en la decisión más injusta y caprichosa del fútbol profesional, tras el 2 de agosto de 1995 –agravio, Oliva, esto es un agravio, no un desagravio-, acordó la designación del Camp Nou como sede del acontecimiento. Resulta que se ha pasado absolutamente de puntillas sobre el “error” que en aquella reunión cometió el representante del equipo menor de la ciudad, precisamente su presidente, cuando votó por el estadio barcelonista como sede de la finalísima. Y es que, claro, dicen estos mercachifles que la noticia no tiene mayor recorrido porque el errado “rectificó” al votar finalmente por Valencia (la sede preferida por el Grande de Andalucía). Lo que nadie dice es que ese remiendo vino después de evidenciarse que la sede catalana ya estaba garantizada por 19 votos contra 13 y que, por tanto, su postrera decisión no afectaría a la cacicada ya consumada.
Ellos son así… ellos siempre han sido así; baste recordar la repetición de la eliminatoria de la misma competición que nuestro club hubo de disputar en campo neutral (Vicente Calderón) tras un “chivatazo” al Español -¡qué casualidad!- del mismo personaje.
Remata la faena el furibundo Daniel Pinilla cuando, sin sonrojarse, más bien enverdeciéndose, titula en el diario más mugrientamente madridista que “al dueño del Sevilla… le importa un pepino quien gane la liga” ¡Anda ya, Dani, resentido, envidiosillo… no exageres que dueño no hay más que uno (tu amo y tu señor, tu guía, tu caudillo, tu beatífico prócer) y a ti te encontré en la calle…
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Carta abierta al Consejo: "No queremos engaños ni fraudes con la Final de la Copa" (por Ernesto López de Rueda)
Con el ruego de su publicación y con el fin de que se adhieran cuantos sevillistas lo deseen, Ernesto López de Rueda nos envía una carta abierta al Consejo de Administración del Sevilla F.C. sobre el asunto de la designación del Camp Nou como sede de la Final de Copa de S.M. El Rey.
Distinguido consejo de administración:
Ernesto López de Rueda Cossío.
Y en facebook:
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Final de Copa. Carta "abierta" al Presidente (por Ernesto López de Rueda)
Con el ruego de su publicación y con el único afán de compartir sus inquietudes sobre la sede de la Final de la Copa de S.M. El Rey, Ernesto López de Rueda nos envía una carta dirigida hace ya algún tiempo (antes de la eliminación en la Liga de Campeones) al Presidente del Sevilla F.C., de la que no ha obtenido respuesta, motivo por el que su misiva se convierte en "carta abierta" a la afición sevillista.
Apreciado José María:
Supongo que no te gustaría mucho o no sería demasiado de tu agrado la última misiva que te envié el pasado jueves, 28 de enero de 2010 y de la que no he obtenido respuesta como tampoco la tuve de un sms que te remití el 5 de enero (raro en ti porque siempre contestas -me estoy refiriendo a los sms- y que sepas en todo caso sigue plenamente vigente en todo su contenido y que me tienes a tu disposición para lo que fuere menester).
En cualquiera de los dos casos, y consciente de tus múltiples ocupaciones, no tengo prisa por la respuesta.
Y voy al grano en el planteamiento que deseo hacerte.
Me trae "a mal traer" el tema de la final de Copa y la sede, una gran desazón que me parece compartes como así deduzco de tus palabras, pero te escuché en nuestra radio anteayer y... José María, cannes mías... ¿Cómo puedes decir que Valencia está a una distancia idéntica o similar de Madrid y Sevilla? Si lo haces por "quitarle hierro" a que sea la posible decisión final lo considero innecesario, pero en los debates sevillistas TODO EL MUNDO sabe que Valencia está a 350 kms de Madrid y a 700 kms de Sevilla, es EL DOBLE.
E implica, en un día entre semana, un desplazamiento de 1.400 kms para nosotros y sólo de 700 kms para los atléticos. "Pegas" sevillistas:
Si nos atenemos a la seguridad, no se refiere únicamente a la ciudad de Valencia. Madrid y Sevilla comparten 200 kms de autovía en la A-3 para llegar a Valencia, que son 400 kms contando los trayectos de ida y vuelta.
¿Sabes lo que es vigilar todas las áreas y estaciones de servicio, áreas de descanso, áreas comerciales, poblaciones y un largo etcétera durante 400 kms desde por la mañana y hasta la madrugada siguiente?
Son pegas para Valencia.
Pero lo de Madrid es que huele desde lejos a encerrona. No va a ser desde luego lo que fue el Sevilla-Getafe que éramos 60-62 contra 18-20, pero puedes encontrarte (y tienes que valorarlo) un 28-30 contra 50-52 en nuestra contra teniendo en cuenta que movilizar a esas 30.000 personas ya sería un éxito.
Deberías de conocer las grandísimas reticencias de muchísimos sevillistas a que vayan a Madrid sus hijos para un partido de este tipo.
Y ponérselo en su casa (que también han ganado 8 de sus 9 copas en ese estadio y es una extramotivación para ellos), sin que se tengan que mover y sin tener que gastarse un duro, Presidente, es –y véndelo como quieras porque el único argumento a favor es tener 8-10.000 entradas más para estar en clara desventaja- una afrenta para nuestra afición, cuyos carnés y coste de fútbol está muy encima del suyo, que a los abonados de gol el carné les va ya por 555 € sin contar un posible pase a cuartos y no te digo semifinales de Liga de Campeones por no ir más allá, cuando además gran parte de esos gastos se están acumulando en las últimas semanas (y deseemos que siga creciendo en las próximas).
Si el viaje a Madrid se plantea en AVE, por barba y añadiéndole el precio de la entrada y la manutención del día es de unos 250 € para nosotros y... 60 € para ellos, es multiplicar por cuatro lo que para ellos supone, y eso es un "castigo" que circula ya entre nuestra afición.
Por no decirte que para los sevillanos implica dos días de permiso en el trabajo y para ellos cero compromiso.
¿Por qué por norma el 99% de las veces en que una final se disputa en la ciudad de uno de los contendientes resulta que es en Madrid?
Tú deberías defender hasta la extenuación la opción de la Cartuja, que además seguro que la policía la contempla con buenos ojos porque las hordas mesetarias pueden llegar por AVE hasta el mismo estadio (la línea que iba hacia la Cartuja-Expo 92) o si no está operativa, hasta Santa Justa y de ahí directos por tren hasta el apeadero del estadio y confinarlos en una zona que se habilitaría allí, ni siquiera en el corazón de la ciudad, eso le encantaría a la policía.
Mejor controlar a 25-28.000 mesetarios en un lugar tranquilo, a hacerlo con 30.000 sevillistas en pleno centro de Madrid y a tiro de piedra (nunca mejor dicho) de dos numerosísimos grupos ultras hostiles.
O sea, te compelo a que a las opciones del Sevilla no sean Valencia o si no en Madrid siendo las del Atlético o Madrid o Barcelona. Ellos primero buscan lo de ellos y si no, nos mandan a más de 1.000 kms ¡que manda huevos!.
Y es a lo que te vengo, nuestra primera opción tiene que ser Sevilla en la Cartuja y la segunda NO puede ser NO ponerle pegas a Madrid que es la primera de ellos por algo y que apunta, como te he explicado, a la encerrona.
Te propongo nuestra segunda alternativa y te "venderé" sus ventajas siempre que la final se dispute el 12, 19* o 26 de mayo.
No queda ni una semana libre salvo que eliminen a Sevilla y Atlético de las competiciones europeas en las que participan. Las eliminatorias ya se han igualado con la disputa terminada de los dieciseisavos de la euroliga, ya que esta semana comienzan los octavos y la semana que vienen terminan simultáneamente los octavos tanto de Liga de Campeones como de Eurloliga.
Si el Sevilla queda eliminado en Octavos de Liga de Campeones y el Atlético en los mismos de la antigua UEFA los siguientes miércoles: 31 de marzo (Miércoles Santo); 7, 21 (miércoles de Feria) y 28 de abril; y 12 de mayo (coincidente con la final de la UEFA).
Si ambos pasan a cuartos y caen los dos en esa eliminatoria, las fechas libres se restringirían a 21 (miércoles de Feria) y 28 de abril y a 12 de mayo (final de la copa de la UEFA).
Si seguimos nosotros pero cae eliminado el Atlético sigue la posibilidad de la fecha del 12 de mayo. Si caemos nosotros pero siguen ellos, no hay fecha.
Si ambos se meten en semifinales y son eliminados, quedaría el 12 de mayo, coincidente con el final de la Euroliga.
Otra opción es quedar eliminados ambos en Europa y aprovechar una de las jornadas para adelantar sus partidos de Liga y poder disputar en un sábado o domingo la final de la Copa, pero con lo apretado que viene el calendario a ver si los rivales del Sevilla admiten el cambio de una de nuestras jornadas. Sede: LISBOA Lisboa: estadio DA LUZ, 66.500 espectadores, novísimo. La liga portuguesa acaba el 9 de mayo y la Copa ya se ha disputado para esa fecha
¿Cómo podría hacerse algo así caso de que se considerase oportuno? 1º.- Lo consultaría sin alharacas con la Federación Portuguesa, "simple consulta telefónica no oficial" del tipo ¿Os opondríais a que le propongamos a la Federación Española "esto"? 2º.- Si te dicen que en principio no se opondrían aunque tendrían que estudiarlo en profundidad y pronunciarse más tarde (incluyendo un posible "no"), puedes proponérselo en el mismo día a Villar diciéndole que en principio los portugueses no se oponen, para que no arguya desde el principio que los portugueses dirían que no.
Efectos del NO (si se pide y se niega) 1º- Habría que "rescatar" la malísima (pero menos "horrorosa") posibilidad de Valencia, pero evitando Madrid (de verdad, es empezar 0-1) y ni hablar de Barcelona, es una chulería del Atlético. Como otra alternativa figura MURCIA, a 400 kms de Madrid y 535 kms de Sevilla y un estadio de más de 31.000 plazas que nos garantizaría igualdad en las gradas e igualdad en el trato. 2º.- Te habrías cubierto las espaldas ante la afición, porque lo de Madrid aquí NO huele bien, Jose María, será muy muy complicado de vender, tienes que estar en la calle para palparlo. 3º.- ¿Ridículo? No lo es, máxime presentándolo de una manera seria e hilada desmontando los argumentos en contra (puestos a pensar así, más peregrina era la idea de la final entre el campeón de la UEFA y el campeón de la Libertadores y no pasó nada).
Efectos del SÍ 1º.- Aquí quedas como el amo (y como además ganaremos, no te digo nada). 2º.- Lo mismo que pienso que un "no" afectaría en bien poco a la imagen del Sevilla porque la propuesta podría estar bien argumentada y ser seria, un sí potenciaría geométricamente la imagen del club, de lo que es capaz de hacer y mover. 3º.- Puedes bosquejar discursos del tipo de los vínculos que unen a Lisboa y Sevilla como el de la transoceanidad al ser capitales ambas del Nuevo Mundo y cosas por el estilo. 4º.- Puedes poner a trabajar al departamento de marketing para regalarnos una bandera para la final de Copa que la mitad sea la del Sevilla y la otra mitad la compartan las de España y Portugal. Jose María, que lo puedes considerar una pollada, pero no me quedaba tranquilo si no te lo decía. Si descartas rotundamente esta opción, sí te pediría que manejaras MEJOR la forma de presentar las informaciones, lo que has dicho de que Valencia está a similar o idéntica distancia de Madrid y Sevilla... 350-700 kms que en ida y vuelta son 700-1.400 kms... eso debería de haber existido alguien que te hubiera impedido decirlo, te lo digo hasta con dolor de corazón.
Un abrazo. Ernesto López de Rueda Cossío.
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Amarillismo impúdico (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
En un mundo como el actual -donde, contrariamente a lo anhelado, la telebasura inunda nuestros hogares; donde una sociedad absolutamente narcotizada contempla impertérrita la corrupción y el desafuero de sus dirigentes; donde los juicios paralelos acaudillados por los más ignaros se han convertido en el pan nuestro de cada día; donde cualquier iletrado, en horarios de máxima audiencia, escupe colosales infamias, retozándose en el lodo de sus propias inmundicias; donde medios escritos y audiovisuales consienten y alientan oprobios y calumnias desde el más absoluto anonimato, proclamando la presunción de inocencia para, a renglón seguido, regodearse en la más arbitraria mendacidad- es necesario valorar en su justa medida la política de comunicación de nuestro club, tan vilipendiada desde los "medios independientes".
Y es de agradecer el ejemplar comportamiento –no podía ser de otra manera, por otra parte- de la totalidad de componentes de la institución Sevilla Fútbol Club y muy especialmente de los profesionales de sus medios oficiales.
Es cierto, se me dirá, que sobra el halago a quiénes se limitan a cumplir con su cometido, pero en este mundo –insisto- donde todo se relativiza, la evidencia de integridad y de honestidad exhibidas, al obviar absolutamente los asuntos particulares y profesionales que afectan al presidente, revelan muy a las claras el savoir-faire y la nobleza del propio dirigente y la profesionalidad de los comunicadores del club. Nada que ver con las páginas oficiales y los medios propios de otras sociedades deportivas, unas en lontananza, otras más próximas, que aprovechan su innegable poder de convocatoria para convertirse en fachosos adalides defensores de causas imposibles que sólo a personas privadas afectan y, más aún, cuando, como ocurre en similares asuntos, la agraviada resulta ser la propia institución que dichos dirigentes prostituyen.
Dejemos trabajar a la Justicia, confiemos en ella, lo que no resulta fácil y aguardemos sus veredictos. Será el momento entonces de valoraciones más o menos acertadas pero, sin duda, más fundamentadas. La ignorancia, cada vez más extendida, sigue siendo así de atrevida y bien que lo sabe explotar el amarillismo infame.
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Muerto el perro, ¿se acabó la rabia? (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Cayó Manolo Jiménez y, en su caída, nos arrastra un poco a todos: a la institución, al Consejo de Administración, a los profesionales hasta ahora a sus órdenes; al sevillismo en suma, a los “exigentes” y a los “conformistas”, ambos entrecomillados.
El cese del técnico supone una tremenda decepción, más que por el hecho en sí que ahora podría entenderse, por las formas empleadas y por la absoluta muestra de flaqueza y planificación que trasciende de una decisión culminada en caliente, tras un empate en el descuento. El asunto es sólo la culminación de un proceso comenzado hace dos años y medio, desde que el de Arahal se puso “el pito en la boca”.
Los resultados lo mantuvieron y lo renovaron, los mismos que han acabado con él. Otra cosa, aparte del “jogo bonito” al que aspira desde su nacimiento la afición sevillista, son los falsos debates creados desde su llegada por tantos emponzoñadores, entre otros:
1º) “El primer año no cumplió el objetivo”, sin mencionar que llegó en la jornada décima con el equipo, moralmente roto, a cuatro puntos del descenso, en los sótanos de la clasificación, donde lo había dejado el traidor de las libras esterlinas y ocultando que ese año la temporada finalizó con un Sevilla empatado a puntos con el cuarto clasificado. Si ahora, para tanto infame gacetillero, “el cese de Jiménez puede haber llegado demasiado tarde”, por la misma regla de tres deberían reconocer que al traidor le sobró una semanita, es decir que debería habernos traicionado siete días antes.
2º) “El segundo año, debacle en Copa de la Uefa y Copa del Rey”, lo que no deja de ser cierto, al menos la primera de ellas, sin reconocer que el ÚNICO objetivo se centraba en clasificarse entre los cuatro primeros clasificados ligueros, meta mejorada al alcanzarse la tercera plaza.
3º) “La temporada actual, fracaso europeo y liguero”. Podemos estar de acuerdo en la primera de las apreciaciones: el Sevilla puede caer en octavos de Liga de Campeones pero no ante un rival inferior y, sobretodo, de la forma que lo hizo. En Liga, sin embargo, es cesado en el justo momento en que sus números han descendido a niveles de los de su predecesor, el cual, con idénticas cifras, optó por su particular tocata y fuga. Todo ello sin mencionar la final copera que vamos a disputar no sabemos cuando, ni la plaga de lesiones que ha asolado al equipo. Excusas dicen estos canallas.
Jiménez es corresponsable, claro que lo es, de todas esas circunstancias que han acabado en unos resultados nefastos (me da “yu-yu” escribir esto con el Sevilla que he conocido) y en un equipo absolutamente roto. Jiménez es culpable de haber aguantado estoicamente la cacería más sangrienta nunca llevada a cabo por una pequeña parte del “periodismo” sevillano y es, también, culpable de su “catetismo” de pueblo en las salas de prensa europeas, dando siempre –otro fallo garrafal- demasiadas explicaciones ante tantos “ilustrados” universitarios y bachilleres varios.
Muerto el perro, ¿se acabó la rabia? Desgraciadamente, no. El problema -y ahora empiezan a reconocerlo los de la cacería mediática, que se apresuran a cambiar sus escopetas por rifles con mira telescópica en busca de piezas de caza mayor- no está sólo en el banquillo. Llega un nuevo inquilino a ocuparlo y ahora se apresuran como “locas” a proclamar a los cuatro vientos que la enfermería está hasta los topes.
El cese del técnico, motivado -finalmente es así- por unos números a la deriva supone el fracaso colectivo de la totalidad de la institución, donde la humildad, tantas veces demandada, debiera haber hecho acto de presencia al menos en la recta final de una temporada tan trascendente. Hubiese bastado con un reconocimiento público de los errores cometidos; en primer lugar del consejo de administración, de la dirección deportiva y del propio entrenador, asumiendo el desacierto en sus decisiones y en el sobrante de exigencias para una plantilla que no se ha renovado acertadamente en los últimos años y, en segundo lugar, de los métodos de los responsables médicos y de la preparación física que han dado lugar a la mayor plaga de lesionados del fútbol español, si no mundial. Esa asunción de responsabilidades debería haber desembocado, necesariamente, en una petición de apoyo unánime de la afición sevillista –de sombrerazo, su comportamiento- en pos de los objetivos marcados, todavía al alcance.
Sin embargo se optó por la deshumanizada vía de en medio, cesando al técnico sin tener al menos apalabrada -¿estructuras?- la presencia del sustituto y consintiéndole “hacer un lamentable papelón” ante las hienas de la sala de prensa para anunciar, diez minutos después, el nuevo statu quo en la web oficial.
Para colmo de males el recambio que se pretende se llama Luis Aragonés ¿No hay otro?
La gran mayoría, incluidos nuestros alegres “reporterillos”, están muy contentos. Yo no puedo estar de acuerdo: un señor de setenta y tantos años, con un contrato interino, ¿puede reconducir futbolísticamente una situación que es sólo física y médica, no de actitud? ¿un atlético alechugado de toda la vida puede dirigirnos en una final contra el Atlético?
Si la decisión está tomada ¡que Dios nos coja confesados! ¡ojalá me trague muy pronto estas palabras!
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Crónica de una muerte anunciada (por Julián Muñoz de Priego Alvear)
En este artículo me gustaría tratar el tema de debate por excelencia en el sevillismo hoy día: la idoneidad o no para el banquillo de Manolo Jiménez. Pero a diferencia de otros artículos que he leído al respecto quisiera orientarlo desde el punto de vista de las ciencias del comportamiento social y la difusión de rumores, pero sin tecnicismos ni erudiciones, ni entrando en grandes profundidades.
Desde casi los inicios de Manolo Jiménez como entrenador del primer equipo del Sevilla se creó un grupo de antijimenistas (si bien es cierto que los papafritas habituales de los medios la tomaron con el entrenador desde un principio, había aficionados de ideas independientes y con indiscutible amor a sus colores que tenían una mala impresión del míster) y otro de jimenistas, además de un tercer grupo de aficionados sin una idea preconcebida. Hay que considerar que la mayor parte de la afición no son entrenadores profesionales ni tienen conocimientos técnicos de entrenamiento en fútbol, no obstante lo cual tienen sus propias ideas al respecto.
Los aficionados de cualquier club desean fundamentalmente dos cosas:
1) Que su equipo gane partidos y sume puntos, de forma que consiga sus objetivos que están en función de cada club: desde la permanencia a conseguir el triplete como ocurrió con el Barcelona la pasada temporada. Esto es lo principal para cualquier aficionado que lleve en el corazón los colores de su equipo.
2) Que su equipo juegue bien, que juegue bonito, que divierta, sin que esto sea óbice para el punto anterior. Esto es lógico, porque además de amante de unos colores, los aficionados son espectadores de un espectáculo y quieren ver buen juego porque han pagado a cambio.
Hasta el primer tercio de esta temporada los jimenistas defendían la idea de que el equipo lograba los objetivos: se había clasificado la temporada anterior para la Champions con pase directo, estaba vivo en las tres competiciones de ésta temporada y hasta los medios de comunicación de Madrid llegaron a considerarlo un tercero en discordia, junto a Madrid y Barcelona, para obtener el título de liga. Consciente o inconscientemente los jimenistas hacían proselitismo de sus ideas en sus conversaciones al respecto.
Por otro lado y al mismo tiempo, los antijimenistas defendían la idea de que si bien hasta el momento se estaban cubriendo los objetivos, el juego del equipo distaba de ser brillante. Hacía un mal fútbol, aburrido, predecible, salvo en muy determinadas ocasiones. Lógicamente pensaban que a la larga esto afectaría a los resultados y no se cumplirían los ambiciosos objetivos planteados por el club. También los antijimenistas intentaban difundir sus ideas en las conversaciones con otros sevillistas.
De esta forma, ambas ideas fueron transmitiéndose por un mecanismo que en rumorología se denomina “transmisión en cascada”. Como hay un tercer grupo que no tiene conocimientos suficientes para tener una idea propia sobre las aptitudes del entrenador (me incluyo en ese grupo) adopta las ideas de personas que son de su confianza y piensan que entienden de fútbol, con lo que a su vez se incluye en uno de los dos grupos y difunde las ideas del mismo a terceros.
Además se produce una “polarización de los grupos”, fenómeno también habitual en estos casos, en los que ante unos mismos hechos cada grupo tiende a interpretarlos según sus juicios previos. La información pasa por el tamiz de las ideas que ya se tienen y la persona tiende a buscar en la nueva información una ratificación de sus ideas. Así ante un mismo hecho, por ejemplo un partido de fútbol, unos considerarán que han ganado por suerte, que han jugado muy mal y que Palop ha salvado los puntos, mientras que los otros reforzarán su idea de que se siguen sumando puntos para cumplir los objetivos y que los cambios realizados por Jiménez fueron la clave para la victoria. Con ello, conforme pasa el tiempo los grupos se vuelven más extremistas en sus ideas.
El asimilar una nueva información, con las creencias ya establecidas, se debe a que las personas intentamos evitar los que se denomina en psicología con el término de “disonancia cognitiva” y que no es ni más ni menos que intentamos que la nueva información no entre en conflicto con nuestras creencias y nos “arme un lío” y no sepamos a qué carta quedarnos. Si la nueva información la vemos con las gafas de las creencias previas y conseguimos encajarlas en las mismas evitamos esa situación. Obviamente esto se da en todos los órdenes de la vida.
Pero he aquí que durante las últimas jornadas, la predicción de los antijimenistas empieza a cumplirse. El equipo no solamente juega mal, sino que además pierde todos los partidos y dan una imagen de impotencia tan desastrosa como contra el CSKA o el Español. Aquí entra en juego el concepto de “profecía que se autocumple”, común a muchas ciencias sociales y que en este caso viene a decir que de tanto criticar al entrenador y al equipo y esperar que sean incapaces de conseguir los objetivos con este entrenador, los propios jugadores y Manolo Jiménez adoptan inconscientemente una actitud perdedora. Lo que ha escuchado tantas veces que se decía contra él, cuando llegan los malos resultados le hace adoptar una actitud que le impide reaccionar ante la adversidad.
Se ha realizado experimentos en los que se ha tomado a dos grupos de alumnos con un consciente intelectual promedio igual, pero al profesor de uno se le ha dicho que son superdotados y al del otro que su inteligencia como promedio es inferior a la media. Pasado el tiempo se ha examinado a los dos grupos con un mismo examen y los resultados obtenidos por el grupo teóricamente superdotado son mucho mejores que los obtenidos por el segundo grupo. Lo único que ha podido afectar los resultados es la actitud del profesor que en función de lo que piensa sobre sus alumnos, sus expectativas, que éstos perciben y a su vez les hace mantener una determinada actitud y hacen que la profecía inicial se cumpla. Pues yo entiendo que lo mismo ocurre con Jiménez. Ya no cree sinceramente que pueda obtener los objetivos previstos, aunque su discurso no sea ese, cada vez es más crítico con su actuación (asume toda la responsabilidad de la eliminación de la Champions) y la de su equipo (contra el Español comenta que aunque hubieran jugado indefinidamente no hubieran sido capaces de marcar un gol).
Por el mecanismo de expansión de las ideas, en este caso antijimenistas, en cascada, la inmensa mayoría que inicialmente no era antijimenista va asumiendo las ideas de éstos ya que ven que se va cumpliendo sus expectativas y hasta algunos que originalmente eran jimenistas, pasan al grupo de opinión contrario ante la evidencia de los hechos incontrovertibles. Ya no hay excusas de bajas, de demasiados partidos en poco tiempo, etc… y por tanto no pueden justificar los malos resultados y el pésimo juego del equipo.
La Profecía que se Autocumple suele funcionar con frecuencia en la vida normal y creo que estamos ante uno de esos casos en que al final se cumplirán las predicciones pesimistas y Jiménez será incapaz de cubrir sus objetivos en liga y en copa. Por lo tanto, creo que ha llegado el momento de prescindir de Jiménez en el banquillo, aunque lamente decir esto porque indudablemente es un gran sevillista, pero su actitud y la del equipo ya está contaminada por las predicciones de los antijimenistas y así el Sevilla tendrá muy difícil salir de la pésima racha en que se encuentra, tanto de juego como de resultados. Debo dar mi opinión en este sentido aunque a estas alturas de la liga quizá no sea el momento de cambiar al entrenador ya que prefiero ver a un Sevilla con una actitud ganadora, aunque sea a costa de la destitución de un entrenador que no es un mercenario y sí siente sus colores.
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Los números ligueros de Jiménez descienden "drásticamente" al nivel de los de Juande (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
No sólo por la inesperada eliminación en octavos de Champions, sino también por los guarismos ligueros, la labor del actual técnico, Manolo Jiménez, dista mucho de ser la deseada. Tanto es así que una derrota en el estadio de Cornellá, el próximo sábado frente al Español, harían descender sus números a cifras semejantes a las de su antecesor en el coeficiente de puntos ganados sobre puntos posibles.
La situación al día de hoy es la siguiente:
En la temporada de su debut, el actual técnico sacó al equipo del ostracismo (a dos puntos del descenso) en el que lo dejó sumido Juande, tras su nauseabunda y deshonesta tocata y fuga en pos de la libra esterlina, y lo llevó a la quinta posición de la tabla igualado a puntos con el Atlético, cuarto, consiguiendo el 60,22% de los puntos en juego frente al 38,10% de su predecesor. La siguiente campaña, la pasada, el Sevilla se elevó hasta los 70 puntos (el 61,40% del total), clasificándose directamente para la Champions League al ocupar la tercera posición clasificatoria. En la actual, el equipo sevillista ha cosechado 44 puntos sobre 78 posibles, con lo que la estadística personal de Manolo Jiménez ha descendido a un "paupérrimo" 59,65%, eso sí todavía por delante del 59,04% del hombre de la mancha. El arahalense ha dirigido hasta la fecha en la competición regular 23 partidos más que su predecesor, precisamente su reciente trayectoria es la que le ha llevado a descender sus estadísticas hasta casi empatar a Juande. Tanto es así que tras la jornada 14 de la actual temporada, celebrada el pasado 13 de diciembre, ambos empataban a 83 partidos dirigidos, pero Jiménez mostraba unos números que hablaban por sí solos:
En este lío nos hemos metido nosotros solitos y de él debemos salir sin esperar la ayuda de nadie. Números, sólo números, continuarán diciendo algunos a los que, definitivamente, no consigo entender por más que lo intento. Ahora sí parece llegado el momento y yo me planteo: un entrenador que, aunque nos ha metido en una final tres años después de la última vivida, ha hecho decrecer sus números tan alarmantemente, hasta casi empatar a su antecesor, ¿merece seguir teniendo el respaldo de todos? P.D.- La pregunta final y la propia reseña están escritas con tono irónico, que todo hay que puntualizarlo. Yo, lo tengo claro. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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Cara y cruz de unos octavos de Champions (por Julián Muñoz de Priego Alvear)
No soy de los que entienden o creen entender de fútbol, y espero aprender qué está pasando de las opiniones de los demás.
La cruz. Lamento decir que me parece que lo que vimos ayer es lo que vamos a ver toda la temporada. Que éste Sevilla ya no da para más. Puede que le salga un partido bueno como el de Barcelona o el Dépor en la ida de copa, o el del Valencia o el Madrid en liga en casa, pero la generalidad será como lo que vimos ayer. Ayer y con el Málaga, el Valladolid, el Getafe, el Racing, el Athletic o el Dépor, por citar solamente los de casa. Estamos los cuartos y nos hemos mantenido toda la liga entre los seis primeros porque esta liga, obviando al Madrid y al Barcelona, no es “muy dura”. No hay un Atlético de Madrid o un Villarreal presionando fuerte por entrar en champions como otros años. Tenemos tantos partidos ganados como empatados más perdidos y aún así estamos los cuartos.
Una vez que he llegado a esta conclusión me pregunto de quién es la culpa, que es otra forma de decir qué se podría hacer para solucionarlo.
En principio el problema puede ser de aptitud (habilidades). Puede que tengamos un equipo menos potente de lo que llegamos a creernos en vista a los resultados del inicio de liga. He comparado los jugadores que intervinieron en el partido en Madrid que nos dio la última de las cinco copas, la supercopa de España y los que jugaron ayer contra el CSKA.
A priori podemos ver que hay un 57 % del equipo que es idéntico al que le metió 5 goles al Madrid en el Bernabeu.
Hemos vendido algunos jugadores, básicamente Alves y Keita, que se notan en sus respectivas demarcaciones y a cambio hemos fichado jugadores que hasta ahora se han quedado en promesas, como Romaric, Negredo o Fernando Navarro y hemos tirado de cantera. El único fichaje brillante es el de Zokora.
Con un alto porcentaje de los mismos jugadores jugamos un fútbol mucho más feo, muy previsible y poco agresivo.
En principio parece que la forma física no es buena, que nos limitamos a jugar por las bandas y si el extremo consigue llegar a la horizontal del área la cuelga para que generalmente no haya ningún delantero disponible o éste no esté desmarcado (curiosamente tanto Perotti, como Navas están entre los 5 primeros jugadores en pases con 190 y 199 respectivamente y por supuesto no tenemos ningún delantero que haya marcado un número de goles que lo clasifique cerca del pichichi). La defensa es poco fiable, no podemos jugar a encerrarnos (véase el partido del Madrid, por ejemplo) y además no hacemos un contrataque decente: cuando el extremo roba un balón y llega arriba, resulta que no hay ningún delantero para rematar. El juego es eminentemente horizontal. No tiramos a puerta suficientemente, parece que ningún delantero quiere asumir la responsabilidad de culminar la jugada y nos pasamos el balón por el borde del área sin que nadie chute. Algunos jugadores clave, como Kanouté, Drago o Renato tienen poco fondo físico y O Fabuloso nos muestra sus genialidades cada vez con más tacañería… Estos son algunos de los defectos que desde mi ignorancia veo en el equipo, y que pueden ser culpa de la estrategia (y por tanto del entrenador), de los propios jugadores, del equipo técnico y el preparador físico, de los psicólogos del equipo, del responsable de los fichajes o del mismo Presidente por crear falsas expectativas y haber hecho unos fichajes durante los últimos años que no han podido sustituir en calidad a las personas que han marchado.
También puede ser un problema de actitud, es decir se tienen las habilidades, pero se ha perdido la ambición, la seguridad del equipo en sí mismo, la garra, la responsabilidad y la moral, en una palabra… Hasta la jornada 12 (partido en casa con el Málaga) los resultados fueron excelentes y se hablaba del Sevilla como posible competidor de los dos grandes para el título de liga. Después hubo una racha malísima, donde llegó a estar sexto. La victoria ante Osasuna le permitió volver al cuarto puesto, ayudado en gran medida por la mediocridad de los equipos que optan a esa plaza. Hay que reconocer que lamentablemente el sentimiento general en la afición es de que el equipo no está al nivel esperado.
¿O simplemente estamos asistiendo al final de una época gloriosa?, un final que tarde o temprano tenía que llegar si no se hacían las cosas muy bien. La Copa puede salvar con honores la temporada, aunque el Atlético de Madrid ha llegado a un puesto 10 tras unas primeras jornadas en zona de descenso y tras una progresión importante. Está con la moral alta y el Sevilla la tiene ahora mismo por los suelos. Vuelco a pedir por tanto el apoyo masivo e incondicional de la afición en la final.
Si ésta es la cruz del partido de ayer, la cara fue la afición y especialmente los Biris que no dejaron de animar ni un minuto, incluso después del segundo gol del CSKA y hasta los minutos de descuento, pasando del “vamos mi Sevilla, vamos campeón” a raíz del 1 a 1, de los grandes momentos y teniendo que sacar a relucir el “Hasta la Muerte” y el “Ahora más que nunca, Sevilla F.C.” de los viejos tiempos. Claro que los medios hablan de “incidentes” de los Biris con los aficionados del CSKA y yo, que estaba presente, solamente vi un cordón policial de antidisturbios alrededor de los Biris, que solamente cantaban en su sitio de reunión habitual fuera del estadio y a los rusos bebiendo cerveza tranquilamente en el Nervión Plaza y haciéndose fotos en el mural del campo. Los medios olvidan pues decir, que los incidentes fueron exclusivamente verbales, cuando un pequeño grupo de aficionados del CSKA se hicieron los graciosos mencionando al equipo de segunda división de la Carretera de Cádiz. Lo dicho, mi homenaje a los Biris, que no sólo no silbaron en ningún momento, sino que animaron a muerte, aún con la decepción en las caras, y todavía les quedó ganas para aplaudir a los jugadores al final del partido. Mi rendido homenaje a estos sevillistas de corazón y no sólo de grandes momentos. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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A este club, quien únicamente no le ha fallado es su afición (Por Ernesto López de Rueda)
Así que, y me dirijo al resto de estamentos del club que SÍ han fallado a la propia entidad y a la afición, tengan cuidado cuando hablen de esta afición.
El resto de estamentos del club sí han fallado en el PRIMER GRAN, ENORME Y ANTOLÓGICO FRACASO de las últimas ocho temporadas en las que se han venido cumpliendo sistemáticamente todos los objetivos marcados con anterioridad.
Atendiendo a este planteamiento, es tan deseable como exigible que:
Expresado lo anterior, el pensamiento de quien suscribe es que el club tras esta AUTÉNTICA DEBACLE, debe de tender puentes con los suyos en forma de reconocimiento de responsabilidades, de pronunciarse acerca del estudio de un nuevo modelo deportivo de club (tal y como exigí hace dos años y tres meses en Junta General de Accionistas) porque en dicho modelo enraizarán nuestras posibilidades económicas de crecimiento y, a partir de ahí, de cerrar filas para centrarnos en los otros dos grandes objetivos que marcan la temporada: la obtención de la tercera plaza en la Liga (y en su defecto de la cuarta), y la consecución de la Copa del Rey.
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El precio y el valor de la Champions (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Estamos disputando los octavos de final de la Liga de Campeones. Tenemos la oportunidad histórica de estar por segunda vez en nuestra historia en los cuartos de final de la más grande competición futbolística a nivel mundial. Tras casi dos meses, los recientes, repletos de eliminatorias coperas que nos han aupado a la final, retomamos el fútbol de altísima competición el próximo 16 de marzo, recibiendo al CSKA de Moscú para hacer bueno el empate cosechado en tierras rusas. Sorprendentemente, hoy todavía demasiada gente se interroga: "¿asistiré, o no, en un par de semanas al partido de vuelta en la Bombonera?". El valor del sentimiento, del amor y del cariño a unos colores, el blanco y el rojo, nos estimulan a visitar las taquillas de nuestra "Fábrica de Sueños", o a activar el abono de la temporada a través de los medios telemáticos que nos ofrece nuestro club, para estar presentes en otro acontecimiento histórico para los sevillistas ¡Cuántos en tan poco tiempo! De otro lado son diversos los factores que, en sentido contrario, invitan a la claudicación: la tremenda cuesta de enero, prolongada a febrero y hasta no sabemos donde, más empinada que nunca por culpa de una crisis económica galopante que mantiene a España y, particularmente, a Andalucía y a Sevilla en el furgón de cola de las economías desarrolladas; los numerosos "mileuristas" que malviven en nuestra región, las abultadas listas de desempleados que se archivan (nunca mejor dicho) en las oficinas del INEM; las exiguas pensiones que perciben gran parte de nuestros mayores; las ya citadas y recientes visitas a las taquillas con motivo de la Copa; la presencia de las cámaras de televisión facilitando gratis el espectáculo en el salón de casa y, sobretodo, el precio fijado para el evento. La eterna cuestión otra vez se hace presente: ¿es preferible un estadio con las gradas a medio cubrir o un coliseo lleno a tope donde la recaudación sea prácticamente la misma, si no superior? ¿Ha tenido en cuenta el consejo de administración todas estas irrefutables variables que, necesariamente, inciden en la decisión?, ¿ha valorado, además, la muy negativa repercusión que sobre la imagen de nuestro club proyectan unas gradas no repletas en un acontecimiento como el que viviremos? Seguro que sí, y así me consta, pero ¿se ha acertado? Estamos haciendo un Sevilla grande, enorme, como nunca lo había sido y para ello continúa siendo necesaria la comunión y el inquebrantable sacrificio de todos: los dirigentes, en pos de unas metas nunca soñadas, haciendo gala de una ambición desmedida y bienvenida; los profesionales defendiendo con casta, coraje y honor nuestra camiseta en todas y cada una de las competiciones en las que estamos inmersos y la afición sevillista -la inmensa mayoría domiciliada en esta provincia a la cabeza del desempleo europeo- arropando a los nuestros y haciendo un sacrificio económico muy por encima de sus posibilidades. Llegado el 16 de marzo, a las nueve menos cuarto, el tiempo, ese juez insobornable, dará y quitará razones. Todo lo que sea superar los tres cuartos del aforo dará la razón a nuestros dirigentes que, de esta forma, demostrarán conocer la situación anímica y económica de su clientela, los fieles de Nervión; por el contrario, no alcanzar una cifra parecida se la hurtará. Y es que en la mayoría de las ocasiones se acierta en el valor, que indudablemente lo tiene, pero no así en el precio; sólo el libre mercado acaba restableciendo el equilibrio. En casa -me pregunto si imprudentemente- se ha respondido con un sí a la pregunta con la que finaliza el primer párrafo. Sin embargo, la sempiterna discusión merece una serena reflexión como la que ya se hizo nuestro paisano Antonio Machado cuando sentenció: "Es de necios confundir valor y precio". Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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La afición frente a la final de la Copa y frente a la liga (por Julián Muñoz de Priego Alvear)
Pues cuento un poco más sobre mis impresiones relativas a la afición, frente a la copa y en este caso, frente a la liga.
Según las estadísticas que he consultado, la temporada pasada, en la que el Sevilla F.C. quedó en un histórico tercer puesto con 70 puntos, consiguió exactamente los mismos puntos en casa que fuera de casa. Es más, perdió 6 partidos en casa y fuera solamente no puntuó en 4. La temporada anterior, que nos clasificamos en cuarto lugar, los resultados fueron más lógicos, puesto que puntuó mucho más en casa que fuera ganando casi el doble de partidos en casa que fuera y perdiendo casi el doble de partidos fuera que en casa.
Esta temporada vamos camino de repetir el extraño comportamiento de la pasada, en casa hemos ganado 7 y fuera 6 y entre empatados y perdidos tenemos 5 en casa y 5 fuera.
No soy un experto en fútbol, pero parece lógico que en campo propio, un equipo que va el tercero o cuarto de la liga sea prácticamente inexpugnable y los resultados sean mucho mejores que cuando juega de visitante.
Puede que la estrategia del entrenador sea más agresiva fuera de casa, pero no me ha dado la sensación en los partidos que he visto. O puede que el Sevilla sea un equipo que monte extraordinariamente bien sus contraataques y sepa defenderse fuera de casa frente al equipo local que debe salir al ataque en general. Tampoco diría yo que el Sevilla destaca especialmente por eso, porque en cuanto se mete atrás nos hace sufrir siempre.
En la Copa las eliminatorias más complicadas con el Barcelona y el Deportivo las ganó fuera de casa.
¿Cuál es entonces la causa del anómalo comportamiento del equipo cuando juega en casa?¿no parece que hace un fútbol más relajado y más tranquilo cuando juega fuera que dentro?. Lanzo una hipótesis: Aunque no soy psicólogo deportivo parece que el equipo juega en casa con miedo a la respuesta del público (salvo cuando juega con los grandes como Madrid o Valencia). Parece que eso ocurre así desde que entrena Jiménez y no antes, como hemos visto en el primer párrafo.
Puede que al entrenador, al equipo o a ambos le pese la responsabilidad cuando juega en la Bombonera, por miedo a las críticas y a algún que otro silbido.
Como no soy técnico, ni pretendo defender o atacar a Jiménez, solamente puedo esbozar un pensamiento que me da vueltas a la cabeza y que hoy he querido contrastar con las estadísticas.
Me quedo con la impresión que personalmente me dan las gradas cuando veo al Sevilla en casa, y es que hay parte del público que está esperando un mal partido a priori, incluso un mal resultado, solamente para poder criticar después (o durante) a gusto. Si esta impresión es cierta, abunda en mi impresión de que el público tiene un porcentaje importante en la victoria o la derrota del equipo y siendo así no puedo más que reafirmarme en mi llamamiento a animar pase lo que pase, sin dejarnos influenciar por algunos periodistas “creadores de opinión” que demuestran ser antisevillistas, buscando siempre dónde duele… luego con los amigos en el bar ya comentaremos lo que nos gustó o no.
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La afición frente a la final de la Copa (por Julián Muñoz de Priego Alvear)
Tengo 43 años. Ya en los años 70 y 80 iba con mi padre al fútbol. Desde entonces y hasta fechas muy recientes, el objetivo del Sevilla era mantenerse en primera (o ascender) o llegar a la UEFA como máximo hito, aún siendo conscientes de que seríamos eliminados a las primeras de cambio.
De ahí pasamos a obtener cinco títulos en dos años y a clasificarnos para la Champions el año pasado. Esto fue un cambio tan radical e imprevisto para la afición que se volcó con el equipo. Y no era para menos.
Ahora estamos en puestos de Champions en la liga, vivos en la Champions en curso y en semifinales de la Copa del Rey. ¿nos hubiéramos creído hace cinco años, sin ir más lejos, que estaríamos en una situación como ésta? ¿cómo hubiéramos celebrado llegar a una final?. Pues ya os lo digo yo, como celebramos llegar a la primera final de la UEFA o el ascenso a primera cuando jugamos la promoción con el Villarreal.
Ahora sin embargo nos hemos acomodado. Sevillistas acostumbrados de toda la vida a estar en mitad de la tabla o a aplaudir a un entrenador porque nos llevaba a jugar la UEFA, silban ahora al equipo porque no hemos jugado bien en Getafe aunque hayamos llegado a la final. El espíritu general es de derrota frente al At. de Madrid aún antes de jugar el partido.
Hoy día el fútbol es muy complejo. Todos los equipos tienen psicólogo deportivo y es evidente que a imitación de las hinchadas inglesas e italianas el público hoy día tiene la opción de hacer de un estadio una caldera (como hizo el público de Bilbao el año pasado para dejarnos fuera de la final). No sé qué proporción exacta pueden tener el entrenador, los jugadores, el árbitro o el público en una victoria, pero es indudable que el público tiene su porcentaje de responsabilidad en el resultado.
Los jugadores pueden llevarse un promedio de tres o cuatro años en un equipo, un entrenador puede que menos, un presidente puede llegar a tener una media de diez años y un aficionado de setenta siguiendo a un club. Pero todo eso pasa, jugadores, entrenador, presidente e incluso afición. ¿Cuántos aficionados quedan que recuerden al Sevilla como campeón de liga?. Todas las personas son pasajeras, y solamente el club y los títulos obtenidos permanecen.
Casi ningún sevillista se acordará actualmente de quién era entrenador, presidente o cuál era la plantilla cuando se ganó la única copa de la liga que tenemos, pero sin embargo tenemos un título de liga y eso sí lo sabemos todos los sevillistas y estamos orgullosos de ello.
Si mis razonamientos no han sido erróneos, lo importante es conseguir títulos que podamos dejarle como legado a los futuros sevillistas. No importa quién sea el entrenador, los jugadores o el presidente, lo importante es el título. Lamentablemente no todos podemos bajar al campo y sudar la camiseta con toda la furia y la fuerza con la que vivimos una final con el amor que tenemos por nuestros colores, pero sí podemos apoyar al equipo como nunca. Sí podemos hacer del estadio donde se juegue la final una caldera. Sí podemos responder, en un momento histórico, como es una final de Copa del Rey, como una afición volcada en la victoria, haciéndonos responsable de ese porcentaje, mayor o menor, que el público pueda tener en el resultado y olvidándonos de rencillas cainitas que son pasajeras y de actitudes victimistas, ¡cuánto más fácil es para muchos de nosotros quejarnos en vez de animar!, pero ¿quién se acuerda hoy día de las polémicas que debió haber sobre el entrenador o algunos de los jugadores que ganaron para el Sevilla una Copa de la Liga?
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La suerte de los campeones (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Visto lo visto, escuchado lo escuchado y leído lo leído, pareciera que la final conseguida –otra, séptima en cuatro años- es inmerecida, que nuestra presencia en el partido con más boato del fútbol español nos la han regalado. Nadie va a martillearme con el pésimo encuentro librado en Getafe, continuación de otro, lamentable, celebrado 72 horas antes en Zaragoza. Todos tenemos ojos en la cara para apreciar que, con esa imagen, la suerte no estará siempre de nuestro lado. Ahora toca gozar, disfrutar de momentos como el actual, tan pocas veces vivido por una afición centenaria como la nuestra. Pero no por ello debemos obviar un sosegado análisis sobre la deslucida situación actual, sobretodo física, de un equipo que ha llegado fundido a esta etapa, cuando restan tres meses y medio de competición. La causa principal, a mi entender, viene dada por un motivo principal: la plaga de lesiones que ha asolado al equipo, esencialmente durante los meses de diciembre y enero. Excusitis, dicen los entendidos cuando los afectados no son los suyos; en caso contrario claman contra "tanta injusticia", léase lo que ocurre con la situación actual de la defensa barcelonista o el eterno clamor de la prensa "madrileñista" cuando una de sus figuras -¡uy!- padece un resfriado. Y este motivo –las lesiones- es el primordial porque ha repercutido muy negativamente sobre la condición física de los propios damnificados que, en muchas ocasiones, han tenido que acortar forzosamente los plazos de recuperación y porque, de igual modo, ha afectado a las piernas del resto de profesionales que lo ha tenido que jugar absolutamente todo. Resulta que el Sevilla Fútbol Club es hoy, junto al Atlético de Madrid, desfallecido en la Liga, el equipo que más partidos oficiales ha disputado esta temporada, un total de 35: 6 de Champions, 21 de Liga y 8 de Copa, si bien el equipo colchonero no ha pagado un precio excesivo en lesionados, ni ha disputado la competición europea al nivel de los nuestros, al quedar sin opciones de clasificación a las primeras de cambio. El Barcelona, con la enfermería vacía hasta esta semana, ha disputado al día de hoy cuatro partidos menos que el Sevilla, precisamente por "culpa" nuestra. La musculatura de los jugadores del Real Madrid se ha ahorrado seis partidos, recuerden todos consecutivos, miércoles tras miércoles, durante enero y febrero. El Valencia, eliminado en Copa, sí ha disputado prácticamente los mismos encuentros que el Sevilla pero muchos de ellos en una competición, la antigua UEFA, menos exigente que la Champions. El Villarreal, rival con idénticos objetivos a los nuestros, ni lo menciono. El Mallorca, sorprendente cuarto clasificado, ha disputado hasta la fecha ocho partidos oficiales menos que el Sevilla y -un último ejemplo- el Getafe, que nos pasó ayer por encima, ha jugado seis partidos menos que los de Nervión. Otra circunstancia a considerar que, además, puede convertirse en el origen de lo anteriormente expresado es la escasa renovación de una plantilla cuya columna vertebral sigue siendo la misma que triunfó en Eindhoven: Palop, Escudé, Adriano, Renato, Jesús Navas, Kanouté y Luis Fabiano estuvieron entre los héroes de Holanda y continúan siendo hoy, cuatro años después, siete titulares indiscutibles. El Sevilla, cometiendo errores, claro que sí, llega a mediados de febrero clasificado para una final, séptima de la era reciente, y vivo en las otras dos competiciones gracias a un grupo excepcional que derrocha en el campo y en el banquillo toda la profesionalidad que atesora, algo que no puede decir absolutamente nadie más en el fútbol español y, casi, en el concierto futbolístico europeo. No hay tiempo alguno para un mini stage de recuperación pero urge considerar algo parecido a ello. Por último, una referencia a la socorrida expresión: "la suerte de los campeones". Cuando a Manolo Jiménez se le ocurrió, hace unos meses, comentar que para disputar finales y ganarlas había que tener suerte, la panda de impresentables papafritas, se le tiraron al cuello. Hoy, sin embargo, al decir de esta gentuza, estamos en otra final gracias a Palop –que resulta que es nuestro, que nadie nos lo ha prestado- y a la suerte. Y es que claro, el gol del guardameta valenciano en Donetsk, su estelar actuación en la tanda de penaltis de Glasgow y la incapacidad del conjunto para cerrar un marcador frente a un Español en inferioridad durante casi una hora, está en todos los manuales de táctica y técnica que dominan los grandes entrenadores del fútbol mundial... Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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¿Y por qué no Sevilla o Madrid? Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
Quede claro que, primero, hay que culminar en Getafe lo pergeñado el pasado miércoles en Nervión. Entonces será el momento de hablar de fechas y sedes de la final de la Copa del Rey. Sin embargo, recordemos que a primeros de mes el consejero y subdirector general de Organización y Gestión del Sevilla Fútbol Club, Manuel Vizcaíno, asistió a la sede de la Real Federación Española de Fútbol a la reunión que mantuvieron los cuatro equipos semifinalistas de la Copa del Rey, en torno a la planificación de la final copera. Según trascendió, Madrid o Valencia serían las sedes propicias. Con todas las reservas, tras la celebración de los partidos de ida, todo apunta a una final en Mestalla entre el Sevilla Fútbol Club y el Atlético de Madrid. La fecha tampoco está fijada en el calendario, aunque, al parecer se acordó que si el Sevilla no juega la final de la Champions, que se celebra el 22 de mayo en el Bernabéu, la final copera se disputaría en Valencia al día siguiente, domingo, dado que el mismo día se celebra en Madrid una cumbre de la Unión Europea. La segunda opción apunta al miércoles siguiente, 26 de mayo en la capital levantina, fecha en la que, teóricamente, si la FEF no lo evita ante la FIFA, ni el Atlético de Madrid (¿Kun Agüero?) ni el Sevilla F.C. (¿Luis Fabiano, Adriano, Navas, Negredo, Squillaci, Escudé, Dragutinovic, Zokora, Romaric, Perotti?) podrán contar con los internacionales que disputarán el Mundial de Sudáfrica. Ésta última posibilidad es la que tiene todos los visos de convertirse en definitiva, sin embargo creo que nuestros dirigentes deberían replantearse la fecha de la final, por lo anteriormente expuesto, y el lugar de su celebración, por los motivos de seguridad que expondré después y a la vista de la siguiente comparativa de comunicaciones entre Madrid y Sevilla con la capital del Turia: Por carretera (Guía Repsol): Madrid-Valencia: 357 Kms. de autovía. 3 horas y 45 minutos; Sevilla-Valencia: 658 Kms. y sólo dos tercios de ellos de autovía. 7 horas y 21 minutos. Por ferrocarril (Renfe): Madrid-Valencia: 10 trenes diarios. 3 horas y 45 minutos: Sevilla-Valencia: 1 tren diario. 8 horas y 30 minutos. Por avión (AENA): Madrid-Valencia: 25 vuelos regulares diarios. 55 minutos; Sevilla-Valencia: 6 vuelos regulares diarios. 1 hora y 10 minutos. Está claro que las comunicaciones Sevilla-Valencia, además del doble de costosas en términos económicos, son mucho más escasas en número, calidad y comodidad que las que enlazan Madrid y la capital levantina. Además, para los atléticos los gastos y las incomodidades son prácticamente los mismos si la final se disputa en Valencia o en Sevilla. En el plano de la seguridad, para las fuerzas del orden resulta mucho más factible controlar un gran desplazamiento de una sola de las aficiones que redoblar los esfuerzos en atender a las dos, no sólo en la ciudad donde se celebra la final, sino en aeropuertos, estaciones y carreteras. Dicho lo anterior, lo más lógico sería sortear la sede entre el Estadio de La Cartuja y el Santiago Bernabéu. A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Si nosotros somos los agraciados, miel sobre hojuelas; en caso contrario por el precio que un seguidor sevillista debiera satisfacer por estar en la final de Mestalla, podrían viajar dos, en la mitad de tiempo, si la final se disputara en Madrid. Además… si estamos en la final del día 22, podemos permanecer en la Villa y Corte hasta la del día 26, celebrando nuestro “particular Pentecostés”. Ver "Nuestra particular opinión" 2005 y 2006 Ver "Nuestra particular opinión" 2007 Ver "Nuestra particular opinión" 2008 Ver "Nuestra particular opinión" 2009
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La prensa que sufrimos (Colaboración de Paco Romero en Columnas Blancas)
De infame y de repugnante cabe calificar la desinformación que nos alumbra, bien es cierto que no exclusivamente en el mundo de la prensa deportiva, aunque a ella vaya a referirme.
En el ámbito nacional, los galácticos ultrasur, es decir, la práctica totalidad de la “opinión” que se produce en la capital, pretenden y, lo que es peor, probablemente consigan que el crack de nariz del malaguista Mtiliga a manos, mejor dicho, “a codo” del crack madridista Cristiano Ronaldo, sea despachada con la mínima sanción para el portugués. Y bien que se han fajado en el empeño, labor en la que no han estado solos, sino recibiendo también el baboso y vomitivo respaldo del resto de medios de información general que, incluso, han solicitado una sanción ejemplar para el árbitro por expulsar a la “estrella”. En definitiva, nada nuevo bajo el Sol.
Esta gente coloca cada vez más insuperable el listón de la desfachatez y valga como ejemplo la explicación dada en la Cadena Ser por el habitual comentarista y ex árbitro internacional, Pérez Sánchez, durante la retransmisión del enfrentamiento entre madrileños y malagueños a propósito de un gol anulado: “... si el defensa hubiera estado erguido no sería fuera de juego, pero al extender la mano el gol es legal... ”. El tío afina tanto que una mano más o menos adelantada es determinante para sentar cátedra y se queda tan pancho ¿Se imaginan el follón si, como, cada vez más, tanta gente exige, se imponen las nuevas tecnologías en el arbitraje?
Aquí, en la capital de Andalucía, las cosas no distan mucho de lo acontecido en el Foro y como muestra el esperpéntico comportamiento durante la rueda de prensa, tras el partido frente al Almería y en los instantes siguientes, de los que pretenden convertirse en “protagonistas”. Todo ello oído en Punto Radio Sevilla:
- Chazarri, al entrenador sevillista cuando Jiménez le aclara que para el partido de vuelta de Copa del Rey ante el Deportivo no hará demasiados cambios porque la normativa le impide alinear a más de cuatro canteranos: “hombre, te lo digo porque como te quejas tanto... ”. Y continúa el personaje refiriéndose al técnico: “lo más penoso es la imagen que da, mis preguntas siempre son respetuosas pero está en juego su imagen y la del club, aunque no le demos mas vueltas: así seguirá”.
- Ismael Medina: “A mí esto ya me aburre, claro que tiene bajas este Sevilla y si no se puede rotar pues a sonreír... a disfrutar con los triunfos y con las derrotas” (¿traición del subconsciente?) .../... “Chazarri va a seguir yendo a las ruedas de prensa y Jiménez tiene dos problemas: cabrearse y descabrearse”.
- Víctor Fernández, invitado estelar, tremendamente frustrado cuando otra vez creía oler a sangre, incluso a cadaverina: “Yo voy a pedir una excedencia, esto me supera, estoy agotado… Lo que hay que hacer es no ir a las ruedas de prensa, aunque este equipo gane la Copa, la Champions y mil veces la Liga lo que está claro es que este entrenador no le aporta ningún plus… y ojo que esta gente puede hacer algo gordo” .../... “Con él es imposible, los psicólogos le han llevado artículos del mismo periodista hablando bien y mal de él, pues no le entra en la cabeza que no hay ninguna persecución” .../... “Donde él se siente bien es con la prensa nacional cuando le tratan a nivel pueblerino, cuando le dicen Manolito” .../... “Sí, de acuerdo, con Duscher y Romaric el Sevilla quedó tercero el pasado año pero no fue gracias a ellos, precisamente” .../... “Con Juande, nos criticaban porque lo elogiábamos, a éste por criticarlo y ojo que este modelo puede dar resultado” .../... “¿hay algún precedente de un club que decida que el entrenador no hable como ocurrió con el Sevilla?” .../... “Jiménez no es prepotente, es enfermizo... este tema está agotado, lo mejor es no hablar o no obsesionarse... yo no voy a permitir que le conteste siempre ofendido a un compañero”.
Está claro, ellos no ofenden. Imparcialidad y objetividad le llaman y le quieren seguir llamando...
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