ÁLVARO RUIZ FERNÁNDEZ


          Nacido en la Cruz Roja de Triana el 27 de junio de 1972, de familia del barrio belmontino por parte materna y panadera de Alcalá de Guadaira por parte paterna, pronto "emigró" al barrio de Nervión, donde se fraguó su sevillismo acérrimo, siendo socio y accionista. De abuelo y padre socios de nuestro club, (éste con casi cincuenta años de abonado a sus espaldas), cursó sus estudios primarios en el Colegio Portaceli y universitarios en el Rectorado de la calle San Fernando, donde se licenció en Derecho. En la actualidad es funcionario de la Consejería de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía, donde coincidió en sus inicios con el  entonces Secretario de nuestro Foro, Francisco Romero. Está casado y tiene una hija, Marina, a la que ya inculca su sevillismo "de cuna", antes incluso de comenzar a hablar.

 

20/10/06

Efectivamente, mangazo (por Álvaro Ruiz)

 

Así es, querido Paco, Mangazo, mangazo y alguno más venidero.

Si es porque los trencillas son muy malos, se dice que lo mismo te quitan ahora equivocándose en contra, que luego te darán equivocándose a favor, que normalmente se compensa y no hay mucha diferencia entre perjudicados y beneficiados a final de temporada.

Pero nuestra inocencia ya se acabó, no es que seamos malpensados ni subjetivos, es que de ver tanto fútbol y sufrir tantas tropelías caemos en la cuenta de que este deporte no lo es tanto, la mafia y los escándalos ya existen en otros países con sentencias condenatorias como en Italia, con equipos descendidos y fuertemente sancionados. ¿Es que aquí todos son unos santos?.

El problema español es que nos chocamos con un muro. Una federación corrupta que sigue renovando mandato año tras año y que se vale de un sistema arbitral desfasado y fácilmente manipulable. Una prensa deportiva manipuladora, cargada de plumillas forofos de los grandes (o no tan grandes, pero copando los medios de nivel nacional), medios de comunicación politizados, con intereses económicos que hacen de la información, sea veraz o no, un puro mercadeo.

El proceso es sencillo, como en la mafia más rancia. Se da la orden desde arriba, los de abajo ejecutan y el tercer poder difumina la realidad, esconde las pruebas.

Para ser más certeros: el Sevilla FC, campeón de la Uefa y Supercampeón de Europa, no entra en el concepto de “grande de España” y para más inri, no firma contrato televisivo con el monopolio establecido. Dos partidos fuera de casa y sin televisión, fácil sin prueba del delito y cartera birlada.

Por contra, el sempiterno, capitalino y loado atleti, ejemplo de espectacular  afición (será por sus botellazos de whisky),  que no gana nada pero copa la información diez veces más que equipos como el Valencia o el mismo Sevilla, suma seis descarados puntos en casa y se sube al carro de la champions casi sin jugar, o mejor dicho, jugando a otros deportes como el balonmano (la prensa mediático-madrileña habla de Agüero como el nuevo Maradona, ¡qué mano prodigiosa¡ que ve todo el mundo menos el de negro, sus banderines y el cuarto nosequé de la Once).

Ayer sólo pude soltar una carcajada al ver el penalti de Biblia en el Calderón sobre el recreativista Rosu, ¿se puede ser tan sinvergüenza de no pitarlo? Eso es premeditación, que no me vengan con el cuanto de “es que son muy malos”, cuando además la cacareada “nevera” arbitral se queda en nada. Si fuera cierto alguno tendría el pito congelado desde hace tiempo.

 Lo dicho, ojalá nuestro eslogan de este año no sea “lo peor está por llegar”, porque visto lo visto (o mejor dicho, no visto), todavía queda jugar contra el Madrid, la vuelta contra el patético... y no hay indicios de que la mafia se desmorone, tienen el chiringuito muy bien montado. Menos mal que en Eindhoven y Mónaco los árbitros no eran de por aquí cerca.

    

17/09/06

Almas en pena (por Álvaro Ruiz)

 

Esta tarde, con los nervios previos al derbi, escucho en la cadena SER una entrevista en las puertas del estadio a uno de los personajillos que pululan el equipo menor de la ciudad, que, ¡válgame Dios!, optaba hace poco a ser presidente heliopolitano (mejor dicho, cuchara, que ni pincha ni corta, como el de ahora). El tal Manolo Castaño, que por la forma de expresarse me cuesta creer la profesión jurídica que ejerce, se debe meter esta noche bajo una piedra, por no decir otra cosa.

Este pelotilla loperiano, iba muy trajeado a nuestro estadio, presumiendo de corbata verdiblanca (tratando de chulear la costumbre de nuestro presidente), diciendo que con ese talismán había eliminado al Ahletic de la Copa (esa en la que no ganaron a ningún equipo de primera hasta la final) y también con ella había ganado al Sevilla en el último derbi, y que no iba a perder hoy con ella.

Preguntado sobre la prima suculenta a los jugadores por ganar al Supercampeón de Europa, tenía la desfachatez de decir que no la pagaba la mayoritaria, sino el Betis, un club solvente, saneado...

Para culminar su faena, se le refiere que el Sevilla está muy fuerte ahora para ganarle, y responde el tío con arte y estilo que unos “están” fuertes y otros “son” fuertes siempre.

Finalmente, lanzaba un órdago diciendo que según le trataran y situaran en el palco, así corresponderían en la vuelta. ¡ole el estilo de club señor!, acuérdate de las credenciales que se pidieron a los miembros de la expedición sevillista el año pasado en el medio estadio.

Por la boca muere el pez, Manolo, a casita con las orejas gachas y a ahogar las penas con mollate de tu apreciado pueblo bollullero. Y mañana se lo cuentas a donmanué, que por desgracia no pudo ver al líder de primera por la tele.

    

11/09/06

Del 2.000 al 3.000: un nuevo Sevilla (por Álvaro Ruiz)

 

La jornada de ayer me trajo muchos recuerdos, me llevó a analizar el Sevilla de hoy y el de hace veinte años, el fútbol de ahora tan diferente al de antes...

El Sevilla del gol 2000 de César era un equipo consolidado en primera, la etapa Cardo decrecía y se abría una etapa para nuestro equipo que hasta el gol de ayer de Kanouté representa la casi totalidad de mi vida sevillista. Una etapa con más sombras que luces, de un quiero y no puedo, del Sevilla de la ilusión de cada pretemporada para ahogarse ya a mitad de temporada con apatías y palos coperos y ligueros.

Quedan buenos recuerdos de figuras que llenaron nuestras alforjas de ilusión, cuando la torre de Babel actual no existía en los equipos y el cupo de extranjeros (comunitarios o no) se agotaba con el tercero. Nadal, Bengoechea, Polster, Suker, Zamorano, Simeone, Dassaev, Maradona (qué locura su negociación y multitudinaria llegada...).

Quedan situaciones esperpénticas como el descenso administrativo, descenso deportivo, derrotas en Leganés, las llegadas al poder de mafiosos, las comisiones, las bolsas de dinero sacadas de las taquillas, los mercedes, el despilfarro Almeyda, los Colusso, Wagner, Eboue... que llevó a dañar seriamente la imagen casi centenaria de nuestro club hasta no hace mucho.

Quedan recuerdos también imborrables y emocionantes, la internacionalidad de la casta y el coraje de Ramón, de Jiménez, de Rafa Paz. Las tardes de carrusel cuando no existía el cable ni la parabólica, cantar a carreras por el patio con los otros niños el gol fuera de casa, el  acontecimiento que suponía ver a tu equipo un sábado noche en la dos... Ayer volvimos todos al pasado, alguno desempolvó el transistor y Sevilla se llenó de radiopaseantes con cara de satisfacción, primer gol de Renato, segundo y tres mil de Kanouté, tercero de Drago y liderato provisional).

Nuestro sevillismo se ha consolidado y aferrado a nuestro corazón en esta etapa gris, pese a tener el calendario sin fechas marcadas como recuerdo imborrable deportivo. Las cosas se iban haciendo bien poco a poco, cantera inagotable, trabajo de gestores en la sombra quitando tiempo a su familia para apuntillar un equipo con fisuras económicas...

Y llegó la luz al final del segundo milenio goleador, alguna vez nos tenía que tocar (veíamos pasar a recopas zaragozanas, copas mallorquinas, periquitas... hasta de la acera de enfrente y nosotros sin rascar bola). Ya tenemos nuestras fechas, nuestros recuerdos en color.

El tercer milenio goleador se abrió ayer con la sensación de no haber tocado aún techo, ¿será verdad que lo mejor está por llegar? Cuesta creerlo, pero saliendo de los labios del gélido Juande, se abre una ventana ilusionante, no de las antiguas con cimientos de barro, sino siendo conscientes de que las cosas bien hechas pueden seguir dando frutos sin buscar el recurso de la suerte, aunque sea bueno también llevarla de compañera en este viaje.

El Sevilla huele a grande por todos sus poros, aunque aún queden aspectos por pulir. Este equipo no puede tener problemas televisivos como los del año pasado en Uefa, con el camino hacia la final sin poder ser presenciado por el resto del país. Ni se puede demorar el problema actual televisivo, aunque defendemos a muerte la postura de nuestro club y exigimos el respeto y consideración merecidamente ganados.

También queda el respeto de algún medio de comunicación sevillano, que participan de las mofas larguerísticas y no se parten la cara ante el centralismo por un equipo que al final es el que les da de comer. Para ellos es mejor calentar la cabeza a Kepa o Daniel para que se marchen o les mejoren el contrato que hacerles ver que este proyecto-realidad es más firme e interesante que otros mediáticamente favorecidos y siempre a la deriva no lejos de la ribera del Manzanares.

    

28/06/06

Zidane jubiló a Luis (por Álvaro Ruiz)


     De nuevo palo a la selección, y van... Lo que está claro es que tampoco era esta mi selección, ya vale del topicazo de que todos tenemos nuestro equipo ideal y subjetivo pero el que debe elegir es sólo uno. Porque esta selección ya a priori era injusta, al menos con una afición importante de España, la nuestra sevillista, que paseó la bandera española como ninguna antes lo había hecho por Europa, con un grupo de jugadores que dejaron su sello de entrega y calidad sin la recompensa de lucir "la roja". No sólo indiferencia hacia esta selección por los que no fueron, también por los que han ido. El equipo de la segunda parte contra Francia no podía representar el fútbol de primera línea de nuestra liga (sin entrar en la conveniencia de incluir o no a nacionalizados "de conveniencia" como Pernía y Senna).


     Lo de Luis es de demencia senil, ¿seguirán llamándole sabio?. España ganó en toque, pero saturando un medio del campo de tiqui-taca inoperante en ataque. Si había que mover a una treintañera Francia para cansarla y darle la puntilla, el sentido táctico fue claramente absurdo. España tiene unas bandas de lujo, sobre todo con nuestro querido Reyes, que ni tan siquiera tuvo minutos de la basurilla, sin opción de esbozar el fútbol de velocidad y arte que nuestros ojos reclaman. Me atrevo a incluir aunque me pese al bético Joaquín. La chispa de Navitas, injusta ausencia. ¿Y el fuera de juego? ¡Eso es para la liga, con la compenetración que dan cuarenta partidos!, no para tres amistosos y dos concentraciones, que metes la pata y a casita.

     Se rifaban la camiseta de Zidane, era su último partido, lo íbamos a jubilar. Recorte de ensueño a Puyol, colocación impecable por bajo con Casillas ya acostado... toma ya. A veces el fútbol es justo, Zizou podrá seguir deleitándonos, al menos un partido más. Y Luis que lo vea, jugando al dominó en el hogar del pensionista con Raúl de pareja (¡qué buen segundo entrenador!), aunque, cosa de locos, puede que hasta siga de seleccionador. Yo, a mi Sevilla campeón.

    

09/06/06

Reflexión de fin de temporada (por Álvaro Ruiz)


   Los sevillistas nos frotamos aún los ojos para creernos el desarrollo y punto final de esta sobresaliente temporada futbolera 2005-2006, nada que ver con la amarga sensación que teníamos a estas alturas de año pasado, aún en la recta final de temporada y con un desenlace que muchos no llegamos a temer ni en las peores pesadillas.
   Ahora, con las chanclas ya puestas, como le gusta decir mucho al periodismo deportivo sevillano, las cosas se ven con un prisma no conocido antes por ninguna generación de nuestra centenaria casa. Se puede decir que estamos saciados de fútbol, de buen fútbol y de celebraciones (qué carita de destrozados traíamos el 10 de mayo de nuestro clímax en Eindhoven), a esta temporada  sólo le faltó la guinda de la Champions, que por regularidad, pensado friamente, quizás no merecimos (como tampoco algún equipo que el año pasado se coló de rondón).
  El único punto de intranquilidad podía ser la continuidad del míster Juande, aunque desde el principio parecía que sólo era cuestión de matices de una negociación con un final cantado. Afortunadamente se ha saldado con una renovación favorable para ambas partes, porque los resultados y el trabajo bien hecho merecían destensar la cuerda por nuestro presidente, que hasta ahora mantenía unos criterios inflexibles pero muy razonables a razón del éxito económico y deportivo de nuestra entidad. Se ha instalado en la mente de todos nosotros un concepto que quizás sea la clave de empezar a considerarnos un "semi-grande": nadie es imprescindible. ¿Que Daniel se va al Liverpool?, ¿Que Saviola no se reengancha?... una pena, sí, pero ya vendrán otros, San Monchi y su equipo de trabajo nos amparan, aunque diga el presidente que está resultando dificilísimo fichar. Además, ya no existen la prisa por comprar, la prisa por vender, el temor a que el rumor desmorone una buena operación  que se encarece con su publicidad... cash, taco, como quieran llamarle, sigan frotándose los ojos, pero el Sevilla ya está en el mercado de altos vuelos, con una plantilla fuerte, compensada y con tendencia de los jugadores a querer permanecer o a venir cuando no hace mucho sólo éramos equipo trampolín, cantera de grandes.
  Lo dicho, relax total para ver el mundial, sin ansiedad por ver nuevas caras de presentaciones en el Pizjuán, sin pensar en colombinos, carranzas , sin ganas negativas de que fulano o mengano abandonen el club por la decepción rutinaria de cierre de ejercicio... Un brindis por la plantilla, el presidente, el entrenador, el cuerpo técnico y sobre todo, por la afición, que ya merecía un año de gloria. Señorío de Nervión, sin hacer leña del vecino caído, sin arengas, bailecitos ni símbolos ofensivos. Campeones de Europa y punto, este verano saco pecho por la orilla choquera con mi camiseta de "Uefa Cup Champion 2006". A partir de ahora, lo que venga ya es "extra", lo hecho hecho está, pero que siga el espectáculo, "show must go on".